Las dos heladas tardías de octubre tuvieron un efecto muy destructivo sobre la fruticultura regional. Ya se declaró la emergencia provincial y nacional; y hay gran preocupación entre los actores del sector por las perspectivas para la cosecha 2022. “Queda poca fruta y la que está, no es de buena calidad”, anticipan.

El director Ejecutivo de la CAFI (la cámara que agrupa a los fruticultores integrados), Marcelo Loyarte, anticipó la preocupación de los empresarios, aunque todavía no se terminó de realizar la evaluación definitiva del impacto. En tanto, el presidente de la Federación de Productores, Sebastián Hernández, precisó que son 1.300 las unidades productivas que presentaron las declaraciones juradas por daños.

Para el dirigente chacarero, hay dos situaciones diferenciadas: “están los que tienen un daño de entre el 50 y el 75% en las plantaciones; y los que están en destrucción total, que son los que tienen más del 80% de pérdida. Esto es así porque los que pudieron rescatar apenas el 20% de su producción no les va a alcanzar para cubrir los costos de la chacra”.

Pero además se enfrentarán con otro problema: en algunos casos, la helada fue de tal intensidad que dañó la planta y eso significa que un sector de los productores va a tener dificultades durante la siguiente temporada.

Empresarios del sector frigorífico manifestaron su preocupación también por la caída de la actividad en general, a partir de la poca fruta disponible. “El año pasado estuvimos bien, fue un buen año; esta temporada no sé que puede pasar pero ya sabemos que la poca fruta que queda es de baja calidad”, apuntaron.

El gobierno provincial convocó a la Comisión de Emergencia Agropecuaria, en la que participan los productores y los empresarios integrados. En ese ámbito se terminará de ordenar la información y se estima que a mediados de diciembre habrá un panorama más certero de la situación. “El gran problema de la helada fue el momento en que cayó. A principios de octubre es el momento más crítico del estado fenológico de la fruta, el más sensible. Los que pudieron hacer algún tipo de defensa activa, pudieron salvar gran parte de la producción. Pero los que no pudieron hacer nada, tienen inconvenientes graves”, precisó Loyarte.

También adelantó que en las distintas conversaciones con productores y empresarios se coincide en un punto: el año que viene habrá menos fruta disponible para comercializar.

Por su parte, el presidente de la Federación remarcó que están trabajando para solicitar una respuesta para quienes no van a tener ningún tipo de ingresos en esta temporada, a partir de la pérdida total de la producción. Adelantó que con la declaración de Emergencia provincial ya se realizó la postergación de los pagos de los créditos otorgados por Río Negro Fiduciaria. Y se estableció una disminución de la alícuota de impuestos provinciales según la magnitud del daño evaluado.

Algo similar ocurrirá con los aportes previsionales e impuestos a partir de la declaración de la Emergencia Sanitaria por heladas tardías y granizo, situación que alcanza a Río Negro, Neuquén y Mendoza.

Por otra parte, el gobierno provincial anunció que en el marco de la emergencia, se flexibilizará la presentación de la documentación para el Programa de Financiamiento de Agroinsumos. El objetivo es que los productores afectados puedan acceder al financiamiento a tasa subsidiada y mantener el estatus sanitario de sus establecimientos. (ANR)