El objetivo de alquilar se está convirtiendo en una tarea cada vez más dificultosa para las familias. Tanto en la ciudad en particular como en la provincia en general. Hay un hecho concreto y es que la oferta de viviendas es cada vez menor. En consecuencia, aumentan las exigencias. Y las situaciones de informalidad también, por fuera de las condiciones que marca la ley.

En las redes sociales, especialmente en Facebook, abundan los pedidos de personas jóvenes que necesitan un departamento o un monoambiente. Muchos se quejan del exceso de condiciones. Existen denuncias por casos en que primero los aceptaron y después los desalojaron, con bolsos armados preparados y dejados en la puerta. También se está dando el fenómeno de que muchos deciden retornar a la casa de los padres, resignado comodidades y ciertas independencias, por no poder sostener el costo del alquiler.

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El referente de la Unión de Inquilino de Río Negro, Roberto Díaz, confirmó esta situación y responsabilizó al Estado por la ausencia de una política habitacional que de contención a las familias. “Ya es difícil ya para el que tiene trabajo y recursos fijos encontrar un alquiler; para alguien que está en la economía informal es casi imposible”, apuntó.

Díaz precisó que quienes no tienen un trabajo formal con recibo de sueldo, aquellas familias que tienen apenas lo suficiente para subsistir, están cada vez más lejos del mercado. “Son las que regresan a vivir con los padres, sumando hacinamiento; o los que se ven resignados a aceptar condiciones por fuera de la ley. Como ajustes cada seis meses, una duración menor a los tres años que se estipula hoy. Y si no, la vuelta a la pensión en condiciones precarias”, comentó.

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Una de las quejas de quienes buscan alquiler es el aumento de las exigencias de las inmobiliarias y de los propietarios: no admiten niños ni mascotas porque aducen que eso acelera el deterioro de la propiedad. “Y se llegó a la barbaridad de que a una mujer se le exigiera, por contrato, no quedar embarazada durante la vigencia del alquiler”, dijo Díaz.

Para el referente de la UIN, se necesita que el Estado “vuelva a decir presente en el mercado inmobiliario, propiciando una legislación que proteja al inquilino pero que también intervenga activamente”. Como ocurre en los países centrales, como en Estados Unidos o en la Unión Europea, donde “es el Estado el que tiene edificios en alquiler para evitar esas grandes fluctuaciones de precios”.

El gran problema de la Argentina “es que los partidos mayoritarios no tienen una política de acceso a la vivienda. El Frente de Todos no tiene políticas, pero peor es lo de Cambiemos. Directamente propone eliminar la legislación, lo que dejaría a todos los inquilinos a merced de lo que dispongan las inmobiliarias”, sostuvo.