Se cumplieron los peores vaticinios. Los cuerpos de los trabajadores golondrina, que habían desaparecido de las aguas del río Neuquén, en el dique Ballester, fueron encontrados sin vida. Escenas de dolor se vivieron en el sector entre sus compañeros y familiares, que viajaron especialmente por esta situación.

Se trata de Carlos Ledesma, un tucumano de 23 años; y José Cerdán, correntino, de 19 años. Los jóvenes integraban un contingente de trabajadores golondrina que había llegado la semana a la región para desempeñarse en la cosecha de peras. Estaban trabajando en una chacra de Moño Azul en la zona de Vista Alegre Norte.

El domingo pasado, día en que el calor se hizo sentir fuertemente, fueron a pasar el día en el parque Victoria, que se encuentra a escasos 100 metros agua abajo del dique Ballester, sobre el río Neuquén. Un sector que si bien no está habilitado como balneario – no tiene guardavidas -, tradicionalmente es utilizado como tal por las familias de la región.

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Del lado neuquino, un brazo de poca profundidad y aguas tranquilas sirve como remanso y zona de esparcimiento para los más chicos. Más próximo del lado rionegrino corre el cuerpo principal del río. Que en esta época está con más agua que la habitual para permitir el riego. Por otro lado, el funcionamiento del dique produce correntadas y remolinos que pueden convertirse en trampas mortales para nadadores poco experimentados.

Carlos y José intentaron disfrutar del agua en el sector de mayor caudal, tentados por la aparente tranquilidad del agua. Cuando uno de ellos intentó volver, fue atrapado por uno de esos remolinos. Su compañero intentó un rescate fallido y también fue arrastrado por el río.

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Hubo desesperación, corridas, pedidos de ayuda. Ledesma y Cerdán ya no se veían sobre la superficie. La intervención de los bomberos y la policía no arrojó resultado en esas primeras horas de la tarde. El domingo al caer la noche hubo incidentes en el sector, con los compañeros de las víctimas exigiendo que se continuara la búsqueda. Finalmente, levantaron las medidas.

El rastrillaje continuó en los días siguientes, utilizando kayaks, lanchas, drones y personal con motos transitando por las orillas.

Los dos cuerpos sin vida fueron hallados en las últimas horas de la tarde de ayer. No estaban muy lejos del sector donde habían desaparecido, ocultos sobre los pastizales y arbustos que crecen a la vera del Neuquén.

La Fiscalía de Río Negro dispuso que los cuerpos sean entregados a los familiares.