Mientras todavía se escuchan los ecos del escándalo derivado de la intimidación al jurado popular, que determinó la anulación del juicio por el femicidio de Agostina Gisfman, el Poder Judicial neuquino ya fechas para repetir el proceso. Mañana se realizará el sorteo de los jurados; el 5 de octubre se efectuará la evaluación y selección; y el martes 11 comenzarán las audiencias.

Ayer, los fiscales y el gabinete criminalístico adoptaron las primeras medidas para intentar esclarecer quién o quiénes realizaron esta intimidación a los miembros del jurado popular. Se produjo mediante un escrito que se dejó en un baño del palacio judicial, ubicado en un área que se había reservado para uso exclusivo de las 12 personas que iban a definir la culpabilidad o no de los cinco imputados. “Voten bien”, decía el mensaje. El jurado sintió que no estaban dadas las condiciones para continuar deliberando porque no se daban las garantías de imparcialidad absoluta que debe regir para tomar una decisión.

Leé también: Cómo era el vínculo entre el femicida de Agostina Gisfman y su entregador

El fiscal jefe Agustín García confirmó que se pidieron las imágenes de las cámaras de seguridad; se registró el sector buscando huellas digitales o algún otro rastro y se hizo un relevamiento gráfico y planimétrico para establecer distancias y posiciones. También aclaró que “si bien no hay ninguna cámara que apunte hacia la puerta del baño, sí podemos corroborar con las imágenes de las que enfocan algunos pasillos internos del edificio”. La investigación penal continuará a cargo de otro fiscal jefe, Pablo Vignaroli.

García lamentó el hecho porque obligará a la familia de Agostina a revivir una vez más lo acontecido el 14 de mayo pasado, cuando la joven fue secuestrada y asesinada en un basural de Centenario. La causa está caratulada como homicidio triplemente agravado por haberse cometido con alevosía, mediante violencia de género (femicidio), y la participación de dos o más personas. Están imputados Juan Carlos Monsalve; su pareja, Ana Perales; el sobrino, Claudio Monsalve; un empleado, Julio Zapata; y el “amigo” Gustavo Chianese.

“Nos encontrábamos al final del juicio, el jurado estaba deliberando para tomar la decisión; y nos comunican esta circunstancia. Que había ocurrido que un jurado había ido al baño y había encontrado un escrito en la pared, buscando intimidarlos jurados, afectarlos en esta toma de decisión”, explicó.

“Por esta situación no quedó otra alternativa que anular el juicio”, precisó.

En tanto, el juez Germán Busamia (integrante del Tribunal Superior de Justicia de Neuquén), interpretó que “la jueza (Letizia Lorenzo) decidió fue suspender la deliberación y anular el trámite del juicio llevado adelante, porque el jurado no estaba en condiciones de arribar a un veredicto que no fuera sospechado de posible parcialidad por temor o presión”.

 Leé también: Último momento: amenazaron al Jurado y anularon el juicio por el femicidio de Agostina Gisfman

Explicó que esta circunstancia “habilitaba las inquietudes de las partes, sean abogados defensores como querellantes; legítimamente cualquier parte tiene el derecho de exigir esa imparcialidad absoluta”.

Busamia comentó también que cuando el jurado empieza a deliberar, ya para tomar una definición, no está permitida ninguna interrupción ni intromisión de terceras personas, con la finalidad de garantizar ese clima de reflexión libre de cualquier tipo de presiones. En ese contexto fue que llegó el mensaje intimidatorio que obligó a la anulación de todo lo actuado.