El juicio que se sigue a los cinco imputados por el femicidio de Agostina Gisfman, la adolescente rionegrina cruelmente asesinada por sus captores en un basural de Centenario, está llegando a su fin. Las partes presentaron sus pruebas y entre hoy y mañana el jurado popular dictará la sentencia. Mientras tanto, los abogados de la familia se manifestaron conformes con el desarrollo. “Entendemos que la prueba presentada es contundente. Esperamos que los integrantes del jurado tengan la misma opinión”, valoró Diego Vázquez.

Encargado de respaldar la acusación fiscal junto a Iván Chelía, Vázquez sigue convencido de que la calificación de homicidio triplemente agravado por alevosía, femicidio y el concurso de dos o más personas, está sobradamente probada. “Cada una de las acusaciones tiene por lo menos una pericia y un testigo que lo respalda”, apuntó.

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Durante el desarrollo del juicio, el imputado Juan Carlos Monsalve buscó que el peso de la acusación caiga sobre su figura y deslindó las responsabilidades del resto de los acusados: su esposa, Ana Perales (incriminada como instigadora del crimen); su sobrino Claudio Monsalve y su empleado Julio Zapata (que están responsabilizados como coautores materiales del femicidio), y Gustavo Chianese, el entregador y partícipe necesario del crimen.

Hubo una primera confesión de Monsalve, durante la apertura del juicio, donde habló de una situación que “se me fue de las manos” y que terminó con la muerte de Agostina. Y sobre el cierre, ya con la prueba presentada, cambió la versión para incluir los agravantes del femicidio y la alevosía, no así la de la participación de más personas.

La estrategia de la defensa de los acusados estuvo clara desde el principio: buscó aliviar la calificación de la conducta de los otros tres imputados como “encubridores”, lo que apuntaría a una pena mucho menor.

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Si el jurado interpreta que los cinco apuntados son culpables del homicidio triplemente agravado, la única pena posible según el Código argentino es la de prisión perpetua. Una condena que ya prácticamente tiene garantizada Monsalve a partir de sus propias declaraciones en el juicio.

Luego de la decisión del jurado, se realizará un juicio de cesura, en el que un juez técnico definirá finalmente el monto de las penas.