01/11/2015

A todo o nada

Los comicios del 25 de octubre generaron sorpresas y contradijeron a muchos encuestadores. Se viene el ballotage. El gobernador Alberto Weretilneck y su posicionamiento.

A todo o nada

Por Mariano Vila (*)

Las elecciones nacionales del pasado domingo 25 de octubre dejaron muchas conclusiones y sobre todo sorpresas. Lo más llamativo a destacar es que la gente parece haber asumido un rol trascendental, porque asumió que ir a votar no es sólo un mero trámite administrativo o un derecho civil. El voto permitió cambiar el destino de una elección, que para la mayoría de los encuestadores, se iba a dar de otra manera.

La provincia de Buenos Aires sigue siendo la madre de todas las batallas. El frente Cambiemos, liderado por Mauricio Macri, generó una estrategia si se quiere peronista para ganar la gobernación. Apuntó al corazón del suelo bonaerense, apuntó a las intendencias. Cambiemos logró el triunfo en 65 alcaldías de los 137 que la conforman, desplazando a varios de los denominados Barones del Conurbano. Además le arrebató de las manos la Gobernación a Aníbal Fernández, que si bien sorteó una elección interna, fue puesto a dedo por la Presidente de la Nación.

Por su parte Daniel Scioli, el candidato del FpV sufrió tal vez su peor derrota política a pesar de haber salido primero. En 2011 había ganado la provincia de Buenos Aires con el 55% de los votos, un punto más que CFK en la nacional. Si bien compitió en otra categoría, ahora obtuvo en su propio territorio donde tiene una gestión en curso, algo más del 35% sacando sólo tres puntos más que su principal adversario. En definitiva, CFK en 2011 le traccionó votos y parte de la gente que lo votó en 2011 para renovar su cargo provincial, ahora le dio la espalda.

Macri deberá trabajar en despersonalizar su campaña. O sea, lograr que lo voten para ganar en segunda vuelta pero salir de esa idea que “Macri es mi límite”. Votar por Elisa Carrió, por Ernesto Sanz, por María E. Vidal…por Cambiemos finalmente. Para ello deberá apuntar, en gran parte al voto que hoy concentra Sergio Massa. Necesita de ellos, pero no necesariamente del mismo Sergio Massa. Por ahora apostó a su propia creación, y le funcionó bastante bien. Está más cerca que nunca de lograr tener el poder en la Ciudad de Buenos Aires, la provincia homónima y la Nación al mismo tiempo.

Massa, por su cuenta, tiene un alto porcentaje de voto anti kirchnerista que no necesariamente es opositor. Esta adjetivación ya la tiene fidelizada el ex Presidente de Boca Jrs. Y por lo tanto hacia ese espectro electoral, también deberá trabajar Daniel Scioli. Este último además tiene que lidiar con los pases de factura que se están dando en el kirchnerismo por medio de sus diversas vertientes. Logró al menos conservar el apoyo de los Gobernadores que lo habían respaldado previo a las elecciones generales. Sergio Massa sabe que puede ganar mucho más aún, si es que aspira junto con el Gob. de Córdoba y socio político José M. de la Sota, consolidarse como la nueva conducción del peronismo nacional.

Para ello necesitará trabajar en hacer todo lo que este a su alcance para que Scioli no gane, pero tendrá que tener mucho cuidado para no quedar expuesto políticamente como un aliado de Macri (al menos públicamente). Massa le puede aportar a Macri, estructura en la provincia de Buenos Aires; un nuevo problema para Cambiemos. Y a Scioli, incertidumbre sobre el rol del peronismo para después. Por eso, sea cual fuese el escenario, todavía tiene tiempo para posicionarse; ahora se está poniendo un precio para tener mejores herramientas de negociación. Por eso Scioli apunta a personalizar la campaña, es él o Macri. Nombres propios. En cambio Macri necesita implantar la idea de que Scioli es kirchnerismo, y por eso se defenderá con Cambiemos y no con su apellido.

Mencionamos a los Gobernadores que apoyaron a Scioli. Y uno de ellos es el Gob. Alberto Weretilneck, que aprovechó estos últimos días para empezar a mover algunas fichas de su gabinete. Como he mencionado en varias oportunidades, Weretilneck apuesta a que Juntos Somos Río Negro, sea una versión local del MPN que lidera Jorge Sapag en Neuquén. Ambos mandatarios apoyan a su par bonaerense. En el caso de Río Negro, el Gobernador optó por llamarse a silencio previo a las PASO (la batalla provincial había sido reciente y donde enfrentó al FpV representado por Miguel A. Pichetto) y luego se pronunció a favor del ex motonauta en la carrera presidencial.

Se halagaron entre ambos, se sacaron las fotos, firmaron convenios y declararon compromiso mutuo. Weretilneck le debía, como parte de ese compromiso, que Scioli haga una mejor elección en Río Negro. Y cumplió; le dio casi un punto más para que el anaranjado llegase a los casi 160.000 votos, aunque también generó cierto empuje para que otro peronista como Massa mejore un par de puntos su performance (los contactos nunca se mueren definitivamente). Mientras, aprovechó su alineamiento también para consolidar a su partido como el gran ganador de las elecciones locales.

JSRN no sólo obtuvo el 53% de los votos en junio y retuvo la gobernación, sino también logró triunfos en nueve intendencias. Sabe manejar muy bien las relaciones con aquellos que no son parte de su espacio, y confía en profundizarlas. Su principal escollo es y será por un largo tiempo el actual Int. de General Roca y responsable actual del PJ provincial, el Dr. Martín Soria. Pero eso será motivo de otra columna.

(*) Licenciado en Ciencias Políticas. Consultor y analista político. (@marianovila)

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