REVELAN UN UNIVERSO JOVEN Y LLENO DE OBJETOS LUMINOSOS

| 18/01/2024

Descubren el agujero negro más antiguo del universo

Hallazgo revoluciona la comprensión del universo en sus inicios

Descubren el agujero negro más antiguo del universo

Investigadores provenientes de diferentes partes del mundo han hecho un descubrimiento trascendental que cambia por completo nuestra comprensión del universo en sus primeros momentos. Se trata del hallazgo del agujero negro más antiguo conocido hasta el momento, datando de tan solo 400 millones de años después del Big Bang, lo que hace retroceder en 200 millones de años lo que se conocía hasta ahora.

El equipo internacional liderado por la Universidad de Cambridge, utilizando el telescopio James Webb, ha detectado este agujero negro, que se encuentra en una galaxia conocida como GN-z11. Esta galaxia, descubierta en 2016 gracias al telescopio espacial Hubble, había sido señalada como la más antigua hasta ese momento. Sin embargo, ahora se sabe que alberga en su interior un agujero negro invisible pero de una enorme masa, calculada en 1,6 millones de veces la del Sol.

Este increíble hallazgo ha llevado a replantearse las teorías previas sobre cómo se formaron y crecieron los agujeros negros en el universo primitivo. Según expertos, la rapidez de crecimiento de este agujero negro plantea nuevos enigmas y desafía las hipótesis aceptadas hasta ahora. Mecanismos de formación diferentes a los conocidos podrían explicar su aparición en una época tan temprana del cosmos.

Entre las teorías planteadas se encuentra la idea de que el agujero negro pudo haber nacido de una estrella supermasiva en agonía o de la concentración acelerada de una densa nube de gas. La posibilidad de que este agujero negro se haya formado sin la necesidad de pasar por la etapa de formación de estrellas también es considerada por los científicos.

Uno de los aspectos más fascinantes de este descubrimiento es la cantidad de luz que emite el agujero negro en su periferia a medida que absorbe materia circundante. Esta luminosidad ha permitido ubicar la galaxia GN-z11 y, por ende, detectar el agujero negro en su interior.

La detección de este agujero negro antiguo supone un gran avance en nuestro conocimiento del universo más primitivo. Los investigadores esperan que, con las capacidades de observación sin precedentes del telescopio James Webb, se puedan descubrir más agujeros negros y obtener una visión aún más clara de los primeros momentos del cosmos.

Sin duda, el descubrimiento de este agujero negro ancestral es un hito en el campo de la astrofísica y nos acerca un poco más a entender los múltiples misterios que encierra el universo en sus orígenes.

El estudio realizado por este equipo internacional ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature, y se espera que los nuevos datos recopilados en el futuro aporten aún más información sobre estos enigmáticos objetos del cosmos.

Con este hallazgo, se abre una nueva era en la investigación del universo primitivo, en la cual los agujeros negros juegan un papel fundamental. Nuestro entendimiento de la formación y evolución temprana de las galaxias, así como la comprensión del cosmos en sí mismo, seguramente será transformado a medida que continuamos explorando y desentrañando los secretos de nuestras raíces cósmicas.

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