El robo se realizó con precisión milimétrica: los tres delincuentes llegaron en taxi hasta las inmediaciones de Primeros Pobladores al 2.500, se calzaron las capuchas y los guantes, ingresaron al galpón de empaque de Zetone por un sector lateral y redujeron a tres serenos y un maquinista. Del lote de agroquímicos que estaban almacenados en el sector, eligieron los productos más caro. Los subieron al auto de uno de los trabajadores y se fueron.

Todo el procedimiento quedó grabado por las cámaras de seguridad que instaló la empresa, y ya están siendo analizadas por la Brigada de Investigaciones y la fiscalía. Algunas conclusiones preliminares: los delincuentes tenían un conocimiento previo del lugar, porque sabían cómo eran los movimientos; y no fue un robo al voleo.

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El gerente de Operaciones de Zetone, Ariel Montes, apuntó que el atraco se produjo aproximadamente a la 1 de la madrugada del domingo. “Fueron tres personas encapuchadas y armadas con armas cortas. De manera violenta, redujeron a tres serenos y al maquinista que está de guardia en el frigorífico”, contó.

En declaraciones a LU19, Montes contó que los trabajadores fueron golpeados para reducirlos y atarlos. También para que les dijeran dónde estaban los elementos que buscaban. De paso, les quitaron celulares, billeteras y objetos personales. A uno le sacaron las llaves del auto estacionado en el patio, un Palio gris, modelo 98, dominio CJT 757, que utilizaron para escapar.

Los delincuentes de apoderaron de un lote de fungicidas que tiene un único uso posible: el tratamiento de la fruta poscosecha, en el galpón. “No se pueden utilizar de manera domiciliaria, no son fertilizantes ni plaguicidas. Tienen un uso muy específico, vienen en presentación de un litro. Se llevaron los productos más valiosos, que están alrededor de 300 dólares más IVA por unidad”, precisó.

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De allí que la valuación de los productos robados ronde los 28 millones de pesos. En medios empresariales se especula que hay un mercado secundario que está comprando este tipo de productos: en octubre del año pasado los ladrones se apoderaron de agroquímicos y equipos para su aplicación por un valor cercano a los 30.000 dólares en la chacra de Moño Azul en Villa Regina.

Los serenos y el maquinista lograron desatarse algunas horas después y fueron ayudados por otro de los cuidadores, que estaba en un sector muy alejado del lugar donde se cometió el robo. Fue él quien terminó de dar la alarma y alertó a la policía.