Entrevista con Emilio Di Tata Roitberg
| 02/11/2022El escritor barilochense que es tendencia en Facebook con una divertida novela digital
El autor ya fue finalista del Premio Alfaguara con su obra "González Catán".

Por Claudio Andrade
Escribiendo desde Bariloche, Emilio Di Tata Roitberg, se ha convertido en uno de los escritores más creativos y versátiles de la Argentina. Un país, como decía con humor el celebrado escritor chileno Roberto Bolaño, “hasta los malos novelistas escriben bien”. De modo que la competencia es siempre ardua y concentra mucha atención en la capital.
Pero Di Tata Roitberg no sólo escribe bien sino que salta del arte de las palabras al del video en una era en la que todo, parece, debe tener su incorporado su pixel.
Di Tata Roitberg viene jugando con el ensamble de imágenes desde años antes en que el boom de TikTok y los reels de Instagram explotaran.
Su búsqueda ha sido constante. El producto es una obra de ratos inclasificable, pero divertida como una buena serie. Un juego en el aire que va entregando piezas de colores y formas muy distintas.
Se hizo conocido en el mundo del policial argentino con su clásico “El Oso”, las andanzas de un pibe rudo del Alto de Bariloche que a esta altura merece su serie. Continuó con nuevas andanzas de “El Oso”, siguió con un libro de relatos, “Mosquita Muerta”, y se atrevió con “Claudia” una novela extraña y singular que oscila entre la narrativa costumbrista, la comedia y la ironía.
Después fue el turno de “González Catán”, elogiada novela finalista del Premio Alfaguara. Ya en esta última obra, Di Tata Roitberg se estira hasta Youtube con un video increíble, desarrollado por él en las confiterías del centro de Bariloche, y que compone una postal de un argumento genial. Así lo entendieron un grupo de críticos que reconocieron su empeño.
Por estos días, el escritor participará de la entrega de una nueva edición de los premios Clarín Novela al que fue invitado.
Di Tata Roitberg es, en algún sentido, como los viejos y buenos futbolistas y tangueros, nunca se fue porque siempre está volviendo.
Su novela digital “Berni” se ha convertido en un fenómeno en Internet y allí está, desquiciada y perfecta en su dimensión digital. La diferencia entre “Berni” y la mayoría de las demás novelas, es que se encuentra poblada de imágenes, collages, coloridos segmentos que atraviesan de lado a lado la pantalla. Y al pie de cada capítulo, los comentarios, apuntes, sugerencias y felicitaciones de sus miles de lectores.
“Berni es una novela por capítulos, que se van publicando a medida que se escriben. Eso es algo que antiguamente los escritores podían hacer en los periódicos, y que hoy puede repetirse por medio de internet. La dinámica es muy distinta a la de escribir una novela completa, que lleva mucho tiempo, a veces años, y que nadie puede leer hasta que no está del todo terminada. En este caso, publicar por capítulos lleva tal vez el mismo esfuerzo, pero tiene la diferencia de que el público puede acceder a la obra a medida que esta avanza. La desventaja tal vez sea que los lectores tienen que esperar una semana o dos para leer el capítulo siguiente, que en muchos casos el autor ni siquiera terminó”, cuenta el escritor acerca de su incursión en Facebook con una producción en capítulos.
“ Muchas de las novelas que hoy conocemos fueron publicadas originalmente de este modo, como Los papeles de Club Pickwick, de Dickens, o las obras de Isaac Bashevis Singer. Ellos tenían a la oportunidad de ver la reacción de sus lectores a medida que publicaban. A veces una trama se modificaba según cómo pegaba tal o cual personaje, de modo que la historia terminaba por fluir de un modo muy distinto a como el autor la había imaginado al empezar”, explica.
“Cuando yo comenzaba a escribir lamentaba que ya no existiera esta oportunidad de escribir de esta forma en los diarios actuales, que no tienen lugar para la literatura. Hoy, por medio de redes sociales como Facebook, se revivió esta forma de expresión, que está más emparentada con el folletín o el radioteatro”, afirma.
Di Tata Roitberg reflexiona sobre su vínculo con el lector y los deseos propios de quien escribe. “Un autor siempre quiere que alguien lea lo que escribe, aunque, en mi caso, mi interés principal no es causar un impacto sino que mis lectores encuentren interesante la historia que cuento. Que tal vez se identifiquen con los personajes, que se emocionen. Lo que me pasa a mí como lector cuando descubro la obra de otro autor”, indica.
No es un mal momento, a esta altura de su carrera, preguntarle a Di Tata Roitberg por algunos consejos destinados a las nuevas generaciones de escritores.
“Aunque cada persona que empieza en el camino de las letras debe seguir su propio camino, y no hay una fórmula que sirva a todos por igual, yo me atrevería a sugerir a alguien que recién empieza, sea joven o no tan joven, que vaya de menor a mayor, que empiece escribiendo textos breves, que resista al principio la tentación de querer escribir una obra de largo aliento, una gran novela, algo que con el tiempo ocurrirá de todos modos, si persiste en esta tarea. Que disfrute del proceso de escribir, y por supuesto que lea, que lea mucho, que descubra a otros autores. Eso es un gran combustible para la propia obra”, subraya.
El escritor también reflexiona acerca del acto de crear desde el sur. “Es un desafío, en parte, producir desde un lugar tan alejado de la capital cultural del país, donde están todas las editoriales, donde viven los críticos que deciden qué es lo que vale y que es lo que no, estar lejos de la nomenclatura cultural vernácula, la que dispensa el pan y la sal. Pero, por otro lado, es desafío que vale la pena encarar, ya que aquí se pueden descubrir historias que difícilmente se encuentren en otro lugar”, dice.
Finalmente la pregunta de rigor, ¿En qué está trabajando?
“Estoy dándole los últimos toques a un relato, relato largo, tipo nouvelle, que tiene por protagonista a un poeta que conocí hace algunos años. Tal vez sea una exploración sobre la actividad literaria, las dificultades que tiene un artista que no se adapta a este mundo pero debe vivir en él. Tiene por título "Recuerde el alma dormida", por el poema de Jorge Marrique", cuenta.