Una sumatoria de irresponsabilidades cometió esta mañana un hombre en Neuquén capital y ahora deberá enfrentar el costo económico de su accionar.

Es que además de estacionar en la intersección de calle Leguizamón y las vías, pero literalmente sobre los rieles, el hombre dejó un perro encerrado dentro del auto.

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La conclusión: el animal se desesperó y comenzó a ladrar, ante la mirada nerviosa de las personas que se acercaron a ver qué pasaba. 

Como si eso hubiese sido poco, la formación del tren que pasaba por el lugar estuvo frenada exactamente 50 minutos, hasta el Fiat Uno blanco fue retirado de las vías.

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Para sacar el auto del lugar el Municipio de Neuquén tuvo que disponer de una grúa y llevar el rodado al depósito de calle San Luis. Pero además tuvieron que pedir autorización a la Justicia para poder abrir el rodado y bajar al animal.

Poco después de las 13 llegó hasta el lugar el dueño del auto, fue notificado de las multas y se retiró, sin explicar por qué había dejado el auto sobre las vías y el animal encerrado.