29/09/2022

Alarmante: por cada suicidio de niños y adolescentes hay veinte intentos

Alarmante: por cada suicidio de niños y adolescentes hay veinte intentos

En Argentina, el suicidio adolescente muestra una tendencia creciente verificada en las tasas que surgen de los últimos datos estadísticos disponibles. Según UNICEF se trata de la segunda causa de muerte de los chicos y las chicas que tienen entre 10 y 19 años. La prevención es indispensable y todos podemos hacerla desde el lugar que ocupamos en la sociedad.

Andrea Rosales, licenciada en psicología en el año 2017, comenzó junto a Yamila Ballesteros a trabajar en la temática. Entrevistada por El Cordillerano explicó, “sigo haciendo todo lo posible por visualizarlo además de hacerlo desde mi consultorio privado”.

Rosales brinda charlas en torno a la prevención y concientización; “el suicidio es un tema que hoy en día sigue siendo tabú y cuando comencé lo era mucho más todavía”. El dar entrevistas al respecto tiene sus riesgos “nuestras palabras pueden ser mal interpretadas o distorsionadas”, aclaró.

 
 

Desde tu lugar se puede prevenir

 

La idea es comprometerse con la problemática, no solo a nivel profesional. Desde el verdulero, el portero de una escuela, el vecino, todos debemos estar atentos al estado de ánimo de quienes nos rodean. De hecho el lema de este año a nivel nacional fue “El suicidio es cosa de todos y todas, tenemos que empezar a derribar los mitos y tabúes”.

Aclaró: “creer que el que se suicida no lo dice previamente o que los niños no se suicidan es un error porque es que a partir de los siete años cuando ya tiene la noción de muerte, hay probabilidades, de hecho hoy en día la población más vulnerable son los jóvenes y adolescentes tardíos”. Antes eran los adultos mayores.

En las estadísticas figuran los suicidios consumados “los intentos no quedan registrados y eso es muy grave, de cada uno quedan como mínimo veinte personas afectadas, no es solamente la familia y los amigos”.

Por cada suicidio hay aproximadamente 20 intentos “una persona no es que quiera suicidarse, sino terminar con la situación o problemática que está atravesando en un determinado momento y la angustia que eso le está generando”.

Aseguró “suicidarse no es un acto de valentía o cobardía, sino que tiene que ver con un dolor emocional que la persona no sabe cómo sobrellevar, con cosas que trae de su vida y por determinada circunstancia un nuevo hecho lo sobrepasa”.

La vida tampoco aporta positivamente a esta situación “la gran mayoría de los padres y las madres trabajan muchas horas por día, llegan a sus casas cansados y no escuchan a ese pibe o piba”. No se trata de la cantidad de tiempo que dediquemos a nuestros hijos, sino la calidad.

“Siempre les digo a los padres que se acerquen a la noche antes de dormir, que les lleven un té o un chocolate creando así un momento de diálogo”, detalló.

Es importante el poner límites “pero es indispensable que ellos sientan que estamos acompañándolos y que son escuchados, la realidad es que se están armando subjetivamente y constituyendo”. No cuestionarlos ni minimizar sus problemas.

“En las charlas o diversos talleres que brindamos, salen cosas muy interesante de parte de los adolescentes y es un espacio que debemos darles para que puedan hablar y gestionar sus emociones”, dijo.

De eso se trata “de cómo manejar la frustración, vivimos en una sociedad muy consumista y capitalista donde la imagen es permanente, ahora tenemos todas las redes sociales con tantos likes que es lo que importa y todo influye”.

Como sociedad hemos naturalizado situaciones que no lo son “no es natural que un adolescente pase 6 horas frente a la computadora o utilizando su celular porque hay que saber que se está escapando de la realidad”.

El deporte es fundamental en la prevención del suicidio “más allá de los beneficios a nivel físico lleva a conocer a otras personas, salir del círculo educativo, sociabilizar más”. El compromiso de asistir y la responsabilidad que eso acarrea.

 
 

Pandemia

 

Durante la pandemia el aislamiento obligatorio llegó a modificar totalmente nuestros hábitos de vida. “No es simple que los jóvenes retomen las actividades que tenían antes del Covid, muchos estaban en la etapa de sus vidas de comenzar a salir, sin embargo, estuvieron guardados entre cuatro paredes”.

Para un adolescente, dos años es mucho tiempo. “A eso hay que sumarle que muchos no pudieron tener su viaje de egresados, compartir los últimos años de secundario o despedirse de sus compañeros”.

Todo influye en las emociones “se hacía hincapié en lo pedagógico y después de comenzada la pandemia se empezó a hablar de lo psicológico y de las consecuencias que esto generaba”. Aseguró que los pibes y las pibas no tuvieron un acompañamiento desde lo emocional.

Otros vivieron en soledad su pase a la universidad, muchos comenzaron de manera virtual, se debieron enfrentar solos a los fracasos de sentir por ejemplo que se equivocaron de carrera o que no están al nivel que se les exige.

“Los psicólogos podemos acompañar ese proceso de orientación vocacional pero la realidad es que el acompañamiento de los padres es fundamental, escucharlos y no juzgarlos”. Es difícil porque como padre uno también se frustra al ver que su hijo no decide su futuro pero no es una obligación hacerlo.

“No nos tenemos que olvidar que los adolescentes están atravesando de una etapa a otra totalmente diferente, dejar la escuela y a sus compañeros para verse solos”. La transición, que sepan que ir a un profesional no es estar loco, poder decir lo que sienten sin que esté involucrado el lazo familiar.

 
 

No saben lo que hacen

 

La profesional dijo que los adultos están tan inmersos en el día a día que en muchos casos, no saben lo que hacen sus hijos e hijas "por eso la importancia de mantener una comunicación cotidiana”.

El realizar actividades con ellos también crea espacios de escucha sin planificarlo, generar un encuentro diario para conocerlos en cada nueva etapa que atraviesan.

Hay que seguir haciendo prevención del suicidio, nadie toma esa determinación por leer o escuchar hablar del tema, la realidad es que si se aborda la problemática de una manera seria, realmente previene.

“Estamos en la época de la inmediatez entonces un proyecto de vida hoy en día es muy difícil de sostener por lo que todos debemos acompañar a nuestros jóvenes”.

 

Dónde solicitar ayuda

 

Ante cualquier situación de urgencia, que sientan que no pueden manejar, además hay un teléfono al cual llamar sin importar día ni horario, el 911. Esto es también para familiares.

Al 0800-345-1435 desde todo el país.

 

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