El autor de los disparos que provocaron una herida grave al joven Lautaro Morales, fue formalmente acusado de intento homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Durante la audiencia de formulación de cargos, la jueza Sonia Martín le dictó prisión preventiva por cuatro meses por considerar que existe riesgo de fuga.

El fiscal Martín Pezzetta precisó que ese domingo a la madrugada, Agustina Sastre; su novio, Lautaro, y su amiga Florencia Contreras, llegaron en un Ford Fiesta Kinetic y se estacionaron sobre la calle Miguel Muñoz de Cipolletti, frente al restó-bar Gremio. Mientras esperaban la llegada de otro integrante del grupo, advirtieron que un Audi A4 se estacionó frente a ellos, de manera tal de cerrarles el paso. De ese vehículo bajaron Ezequiel Niksic, armado con una pistola 9 mm; y Michelle López.

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Los testimonios recogidos por la acusación indican que primero López comenzó arrojándoles piedras y luego Niksic realizó al menos cinco disparos con su arma, uno de los cuales impactó en el abdomen de Lautaro. En ese momento, Agustina salió dando marcha atrás para emprender la huida y encontrar un lugar donde el herido pudiera ser atendido. Finalmente dieron con la parada de taxis donde un chofer los pudo auxiliar y conducir hasta el Hospital.

Pezzetta precisó que existen las imágenes captadas por la cámara de seguridad del boliche y que fueron guardadas en un dispositivo digital; los testimonios de varios testigos; cinco cápsulas servidas que se corresponden con esos dichos; más el historial clínico del joven en el centro de salud, donde tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.

Para el fiscal era necesario extender una prisión preventiva en atención a la posibilidad de fuga del imputado, ya que el delito que se le imputa conlleva una pena de cumplimiento efectivo; por la posibilidad de intimidar a las testigos principales del caso. Especialmente teniendo en cuenta que Agustina fue su pareja durante algunos años.

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El pedido fue observado por el defensor Sebastián Perazzolli, quien entendió que la preventiva es una medida cautelar extrema que puede ser sustituida por otras formas, entre las que incluyó la de prisión domiciliaria con una caución económica real.

Una singular postura tuvo la jueza Martín, que se encargó de aclarar que no estaba de acuerdo con ninguna de las partes: a la fiscalía, le objetó los argumentos para pedir la preventiva; y a la defensa, que la presentación no es tan espontánea cuando hay un pedido de captura vigente. Y así fue que le dictó una preventiva, atendiendo al riesgo de fuga, por un plazo máximo de cuatro meses.