Durante la tercera semana de agosto, las naftas y el diesel tuvieron un aumento promedio del 7,5 %, pero según adelantaron los estacioneros regionales, antes de fin de año habrá un nuevo retoque de precios. Es que según los especialistas consultados por la Cámara de Expendedores de Río Negro y Neuquén, los valores están atrasados en un 75 %. Nada menos.

El titular de la cámara que los agrupa, Carlos Pinto, comentó que a pesar de la inestabilidad económica y de los aumentos, las ventas de naftas y diesel no fueron afectadas. Por el contrario, “desde hace un tiempo el consumo viene recuperándose y aumentando de manera tal que superaron las anteriores a la pandemia”. En cambio, el precio “está muy por debajo de lo que debería ser un precio normal”, apuntó.

Pinto comentó que hay algunos índices que integran el esquema de precios de los combustibles que hace varios meses que no son actualizados. Uno de esos es el Impuesto al Dióxido de Carbono, que cada dos meses debería ser aumentado según el Índice de Precios al Consumidor, pero permanece congelado. “Y no se hace para no afectar el precio final”, comentó.

El aumento de la demanda se sostiene “por un lado, en que la actividad económica está recuperando su ritmo. En la zona, tenemos la ventaja de la industria petrolera. Y por otro, aumento de consumo por el turismo”. Para el estacionero, “el turismo ha aumentado mucho; gente que antes lo hacía o en avión o iba al exterior, ahora lo hace en su vehículo viniendo desde ciudades como Buenos Aires, Rosario o Córdoba. Tenemos mucho tránsito de vehículos particulares”.

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El dirigente empresario comento luego que en la región no se registra el inconveniente de los vehículos particulares que cruzan al solo efecto de aprovisionarse de un combustible más barado. “Hay provincias que tienen sus ciudades mucho más cerca de la frontera, donde sí ese problema es real y hay mucho tráfico de gente del país vecino que cruza solo para cargar combustibles. Y otros que lo hacen para negociarlo. He visto fotos en ciudades de países limítrofes como en Bolivia, Paraguay, Brasil, que venden la nafta en bidones en la calle. Un riesgo total”.

Con respecto a la posibilidad de que se apliquen nuevos aumentos antes de fin de año, Pinto explicó que es una alternativa que no se puede descartar del todo. Eso se desprende de las declaraciones de los responsables de YPF, empresa que lidera el mercado en cuanto a ventas; y de la propia secretaría de Energía. Para el dirigente, los precios “se tornaron estrictamente políticos; no hay una lógica que se siga para determinar el valor”.

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Por otra parte, y si bien hay un aumento del consumo, explicó que la baja rentabilidad de los estacioneros pone en peligro la situación de aquellos que se encuentran en mercados más pequeños. “Nosotros percibimos un porcentaje del valor del combustible y con eso hay que afrontar los costos. Cuando se mueve mucho, el volumen permite sostener todo. Pero cuando hay poco, la situación se vuelve crítica. Eso pasa en lugares de la cordillera o de la Línea Sur, que están sufriendo una situación muy complicada”.