La obtención de un triunfo que Cipolletti necesitaba sí o sí obtener para que los tres puntos se quedaran con el equipo Albinegro, el deseo de un juego sano y la esperanza de muchas familias e hinchas de ver una sana competencia deportiva, quedó trunca otra vez este sábado a causa de la violencia en La Visera.

Hoy el Consejo Federal, el mismo que ayer ordenó terminar el encuentro y no permitió que se juegue esta mañana, decidirá si el partido de Cipo con Juventud Unida, previsto para este miércoles 7 en cancha local, puede ser con público o a puertas cerradas.

Es que a poco de iniciado el partido, cuando parecía que todo iba bien, se vivió la primera situación que condujo a la suspensión. Esta es una historia que se repite, con episodios de violencia y muy graves. Distintas fuentes indican que el problema se dio en el pasaje de calle Mengelle cuando aún estaban ingresando los espectadores pero no se saben bien las razones.

A los 11 minutos el árbitro César Ceballo suspendió el juego porque caían proyectiles de la tribuna. Unos segundos duró ese párate, pero a los 15 minutos volvió a detener el juego con intenciones esta vez de que fuera definitivo.

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El jefe del operativo policial comprometió más seguridad dentro y fuera del estadio. Pero a los 37 minutos la situación fue insostenible y el árbitro le puso punto final, por esta fecha, al encuentro.

Las personas consultadas por este medio, tanto de fuentes policiales como algunos hinchas que solo fueron a buscar la emoción de un partido, aseguran que apenas se abrieron las puertas del Albinegro se podía percibir que la tarde podía complicarse.

Y así fue porque apenas arrancado el encuentro en el sector de la popular había corridas, peleas e insultos. Afuera, la ancha calle Mengelle era una vez más escenario de una tensa situación: los barras que querían entrar a toda costa eran corridos por la Policía hacia el sur es decir hacia la avenida Alem, para dispersarlos. Había piedrazos y todo tipo de objetos volando por el aire y apuntando a los uniformados.

Reparto de culpas

En dialogo con los medios de comunicación el comisario de la Unidad 4, Rubén Ralinqueo, expresó que desconocían qué había dado origen a la pelea pero cuestionó a la dirigencia por permitir las banderas de la hinchada del lado de adentro, lo que no está permitido porque impide la visibilidad.

Por el lado del Club, la dirigencia, en la voz de Marcelo Bastías, por la subcomisión de fútbol, responsabilizó a la Policía. "Yo pienso que hoy falló el operativo, es la realidad, porque no pasaba nada, desde hace ocho partidos o nueve que estoy yo de local, y no hubo ningún problema más" dijo en declaraciones al diario La Mañana Cipolletti.