En una acción audaz que ha captado la atención de todo el mundo, un grupo de activistas climáticos logró evadir la seguridad del Museo del Louvre en París y vandalizar la icónica obra de arte, La Gioconda de Leonardo Da Vinci.

Las dos mujeres, miembro del grupo Riposte Alimentaire a favor de la alimentación sostenible, arrojaron sopa de color naranja sobre la obra mientras lanzaban en voz alta sus reclamos.

Rápidamente, empleados del Louvre, el museo más visitado del planeta, colocaron unos paneles negros para evitar que el público filmase la escena.

Este acto de vandalismo no es el primero que sufre la pintura, que ya había sido atacada en 2022 cuando le untaron glaseado por todo el vidrio protector.

El Museo del Louvre, considerado el más visitado del planeta, rápidamente respondió a la situación colocando paneles negros para evitar la filmación de la escena.

La obra de Leonardo Da Vinci, conocida también como la Mona Lisa, atrae a millones de visitantes cada año, quienes buscan posar junto a la enigmática sonrisa plasmada en el cuadro de poco más de 77 centímetros de alto y 53 de ancho.

Este ataque coincide con la revuelta de los agricultores franceses, quienes desde hace días han ocupado y bloqueado carreteras en protesta por mejores salarios, menos regulaciones medioambientales y mayor proteccionismo. 

El grupo Riposte Alimentaire, responsable de este acto de vandalismo, ha utilizado sus redes sociales para reivindicar su acción y ha identificado a las dos mujeres como activistas de 24 y 63 años.

La Gioconda, considerada el lienzo más famoso del mundo, no es ajena a ataques simbólicos, ya que en mayo de 2022 fue objeto de un arrojó una tarta.