¡Arde Gran Hermano! Agostina y Nicolás recibieron un fuerte castigo por culpa del teléfono rojo

El teléfono rojo de Gran Hermano sigue generando controversia y caos dentro de la casa. En esta oportunidad, los afectados fueron Agostina Spinelli y Nicolás Grosman, quienes recibieron un castigo como consecuencia de haber atendido la misteriosa llamada.

Desde su llegada, el teléfono rojo ha traído inmunidades, fulminantes y muchos momentos de tensión. Esta vez, la llamada del teléfono retumbó en la casa, anunciando un nuevo castigo para dos jugadores.

Después de la eliminación de Catalina Gorostidi, la casa de Gran Hermano se preparaba para despedir a Carla de Stéfano, quien decidió abandonar el juego voluntariamente. Sin embargo, antes de que eso sucediera, el teléfono rojo sonó nuevamente, interrumpiendo los planes de los participantes.

Es importante recordar que cada jugador solo puede responder al desafío del teléfono rojo una vez, y este puede traer tanto premios como castigos. En la semana anterior, Zoe quedó nominada directamente, Furia se ganó la inmunidad y Rosina fulminó a Lisandro. Todos estos eventos, producto de las decisiones tomadas a través del misterioso aparato.

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En esta oportunidad, cuando el teléfono volvió a sonar, fue Lucía y Agostina quienes corrieron para atender la llamada. Sin embargo, fue la agente de policía quien logró llegar antes y recibió una consigna inesperada. Gran Hermano le pidió que seleccionara a un compañero sin revelar el motivo.

Después de pensarlo un momento, Agostina decidió elegir a Nicolás. Fue en ese momento que Santiago del Moro, conductor del programa, contactó a la casa para saludar a los jugadores y preguntarle a la policía el nombre del jugador elegido.

El castigo fue revelado por el conductor: "Por haber atendido el teléfono, Agos, y por haber elegido a Nico, no podrán participar mañana de la prueba del líder". Aunque leves en comparación con otras consecuencias del juego, esta sanción impide a los jugadores la oportunidad de competir en un desafío crucial para su permanencia en la casa.

El teléfono rojo sigue siendo la incógnita que altera la dinámica de Gran Hermano. Agostina y Nicolás se suman a la lista de jugadores afectados por sus misteriosas llamadas, mientras el resto espera ansioso su turno para enfrentarse a sus desafíos y consecuencias. El juego continúa, y todos están a la expectativa de lo que vendrá después.

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