¿Realizas actividad física? Tené en cuenta las recomendaciones para ejercitarte en verano

El verano es un momento ideal para aprovechar el buen clima y realizar actividad física al aire libre. Sin embargo, es importante tomar ciertas precauciones para garantizar que esta práctica sea segura y beneficie la salud en general.

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Una de las recomendaciones más importantes es mantener una correcta hidratación antes, durante y después del ejercicio. El aumento de la temperatura puede llevar a una mayor sudoración y, si no se reponen los líquidos perdidos, existe el riesgo de deshidratación. Es fundamental beber agua potable segura y asegurarse de mantener un nivel adecuado de hidratación en todo momento.

Además, es primordial proteger la piel de los rayos del sol. El uso de protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 es esencial. Se recomienda aplicarlo 15-30 minutos antes de salir al exterior y repetir la aplicación cada dos horas. Asimismo, es aconsejable utilizar ropa ligera, de colores claros y que permita la transpiración, junto con un sombrero o gorra para proteger la cabeza del sol.

Otra recomendación importante es evitar las horas pico de calor, generalmente entre las 10 am y las 16 pm. En cambio, es preferible buscar las horas más frescas del día, como temprano en la mañana o al atardecer, para realizar la actividad física. Esto ayudará a prevenir posibles complicaciones por el exceso de calor y garantizará un ejercicio más placentero.

Es crucial permitir que el cuerpo se adapte gradualmente al calor. Comenzar con actividades de menor intensidad y aumentar progresivamente a medida que el organismo se acostumbra a las altas temperaturas. Además, es importante prestar atención a los signos de agotamiento por calor, como mareos, náuseas, ritmo cardíaco acelerado o confusión. Si se presentan estos síntomas, se recomienda detener la actividad, buscar un lugar fresco y beber líquidos para rehidratarse.

Para aquellos que desean realizar actividades físicas específicas, se recomienda optar por la bicicleta, la caminata, el senderismo y la natación, entre otras opciones. Cada actividad tiene su propia duración, intensidad y frecuencia recomendadas, por lo que es importante adaptarlas a las necesidades individuales y al nivel de condición física de cada persona.