El primer caso fue en 2014 en Suecia y hasta el momento nacieron 50 bebés luego de la intervención. Te contamos si existe esta intervención en la Argentina y qué riesgos se corren.

Hace poco más de 10 años un médico sueco comenzó a trabajar en el injerto de útero “efímero”, cuyo único objetivo es brindar a una mujer la posibilidad de tener hijos biológicos.

De este modo, el primero se realizó en 2013, en el Hospital de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), y fue el doctor Mats Brännström quien formó un equipo para llevar adelante la investigación. A partir de ese momento, motorizó el proyecto y se hicieron alrededor de 60 trasplantes uterinos en el mundo, con altos porcentajes de efectividad: medio centenar de bebés llegó luego de la intervención.

Uno de estos casos, ocurrió hace pocos días y se llama Jesús, el primer bebé nacido en España. Luego de intentos fallidos, un embarazo riesgoso y contra todos los pronósticos, Tamara Franco logró cumplir su sueño. “Desde pequeña siempre quise ser madre”, dijo la mujer en declaraciones con la prensa local.

En ese sentido, la mujer de 34 años tenía el deseo de maternar, pero sabía que biológicamente contaba con un impedimento. Nació con el síndrome de Rokitansky, un trastorno congénito en el aparato reproductivo femenino que consiste principalmente en la ausencia de útero y vagina.

En 2014, su hermana Bárbara la llamó y le contó que había visto en las noticias el caso de la chica sueca que dio a luz a través de este método. Pero un dato no menor, es que la subrogación de vientre en España no es legal, lo que acotaba la cantidad de opciones y fue en ese momento que el estudio de Brännström entró en acción: podía ser una candidata ideal para llevar adelante un trasplante de útero.

En quirófanos paralelos, las dos hermanas sanas se sometieron a una complejísima cirugía. La extracción uterina duró cerca de 11 horas, mientras que la implantación sumó cuatro horas más. Finalmente, Tamara recibió el útero y poco tiempo después menstruó por primera vez, algo impensado para ella a esa altura de la vida.

Asimismo, el proceso para tener al bebé no fue fácil: recién en septiembre de 2022 -casi dos años después- lograron implantarle un embrión para que pudiera gestar. Además, el embarazo fue de riesgo porque, además de estar inmunosuprimida, desarrolló preeclampsia.

Jesús nació sietemesino en el Hospital Clínic de Barcelona, pesando apenas un kilo 100 gramos. Debió permanecer en neonatología un mes y estuvo con ayuda ventilatoria y suplementos para ganar peso.

Sin embargo, no todo terminó allí. La flamante mamá tuvo que someterse a una histerectomía, el procedimiento para extirpar ese útero “prestado” y el último paso una vez que la paciente alcanzó su deseo gestacional. “Fue un proceso duro, pero ha merecido la pena”, expresó la mujer con su bebé en brazos.

Trasplante de útero: cuál es la situación en Argentina

Aquí la situación es diferente, ya que hasta el momento no se realizó este tipo de trasplante. Sin embargo, varios equipos médicos se especializaron para estudiar y evaluar posibles casos en el país.

En nuestro país, este injerto es limitado: es para mujeres que no tienen útero (porque nacieron sin él o se les extirpó por algún motivo) o tienen algún tipo de malformación uterina que inhabilita la gestación.

“Tiene que ser alguien que realmente se beneficie con esto. No es una cuestión de vida o muerte porque es una paciente sana, pero su estado de salud no es completo porque no puede tener hijos biológicos”, dijo María Victoria Boccio, médica ginecóloga del Grupo Centro Rosario.

En Argentina, hay otras alternativas: la adopción y la subrogación altruista, que al no haber una ley que la regule cuenta con algunos grises. “El trasplante no es una realidad acá todavía, pero estamos trabajando para presentar otro protocolo y sortear las cuestiones legales. Vamos camino a lograrlo”, indicó Boccio.