El Servicio Meteorológico Nacional realizó una estimación sobre cómo se comportarán las diferentes variables durante el trimestre abril – junio, el otoño que nos prepara para lo que puede venir después. En principio, para el norte de la Patagonia la evaluación anticipa un comportamiento bastante “normal”: temperaturas y precipitaciones dentro de una franja cercana al promedio histórico.

Después de largos años calificados como “extra secos”, esta predicción trae un alivio para los organismos encargados del agua en la región: desde la Autoridad de Cuencas (que ha tenido que hacer equilibrios complejos para garantizar la provisión para el uso humano y de la agricultura en la región), a las empresas distribuidoras (Aguas Rionegrinas, EPAS).

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Que las lluvias van a estar dentro de la “normalidad” no indica tampoco una elevada cantidad de precipitaciones: teniendo en cuenta que el otoño es la estación más “húmeda” del año, la media indica 49 milímetros en el trimestre: 23 mm en abril; 13,5 mm en mayo, 12,5 mm en junio (según las mediciones que realizaron en la estación J.J. Gómez).

En cuanto a las temperaturas, la variación entre la mínima media y la máxima media es la siguiente: en abril, entre 5° y 21,8°; en mayo, 2,5° y 16,5° en mayo; y en junio, - 0,7° y 13°. Claro que esto tiene un gran rango de fluctuaciones: por ejemplo, las mínimas históricas registrados fueron de -6,1° en abril; -7,6° en mayo; y -11,6° en junio.

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Los meteorólogos están acostumbrados a que las variantes del clima cambien a último momento, por eso siempre advierten sobre la relatividad que tienen estas perspectivas de mediano plazo. Al menos, hasta que los modelos se consoliden con nuevos cálculos y más información. Pero al menos brindan una expectativa moderadamente optimista.

En la Autoridad de Cuencas, en tanto, también toman con pinzas estas perspectivas. Por experiencia, saben también que todo puede cambiar por lo que prefieren seguir realizando un manejo conservador de las aguas. El río Negro continuará con un caudal de entre 450-550 m3/segundo durante un par de semanas. Cuando termine la temporada de riego, se disminuirá el caudal del río Neuquén: pasará de los 145 m3/segundo que libera en la actualidad a unos 40 m3/segundo.