Tres dotaciones de bomberos tuvieron que trabajar duramente para contener el incendio devastó una vivienda en el barrio Quinta 25 y estuvo a punto de avanzar hacia la casa lindera. Ocurrió el miércoles al atardecer, y mientras todavía las llamas avanzaban, el propietario veía como en un rato se consumía todo el esfuerzo de su vida.

El siniestro finalmente fue apagado, los bomberos regresaron al cuartel, lo curiosos a sus quehaceres y el afectado, a ver cómo podía empezar de nuevo. Pasar la noche, por ejemplo. Su hija, Lidia Sandoval, comenzó por las redes una campaña solidaria para tratar de juntar esfuerzos y ayudarlo: “mi papá trabaja duro y cobra poco; le va a costar seguir adelante pero se va a seguir. Solo necesitamos el empujoncito de la gente”, pidió.

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Lidia explicó que la casita “por desgracia, quedó inhabitable. Perdió todo todo todo. No tenía mucho pero eran cosas esenciales, cama, frazadas, muebles, su heladera, sillones, su ropa. Lo perdió todo”. Y comentó que sólo se quedó “con la ropa que tenía encima y es con la que trabaja todos los días (es talle de pantalón 40, de remera M y de calzado 38)”.

El hombre regresaba del trabajo, como todos los días, y se encontró con el triste espectáculo de su vivienda consumida por el incendio. “Necesito la comprensión de la gente, de entender que llegar tarde de trabajar y ver toda su casa destruida es un dolor que no se le desea a nadie y lamentablemente tuvo que ser nuestro hogar”, puntualizó la hija.

Agregó que “cualquier ayudita viene bien y es agradecida con todo corazón; cualquier cosa, mercadería, sábana, frazada, colchón, lo que esté a su alcance”. Cualquier cosa, se pueden comunicar al Facebook de Lidia Sandoval, o a través de whatsapp al 298 441 7413.

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