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Desgarrador: una maestra de Rosario tuvo que poner un triste cartel para que no le vuelvan a balear la casa
La amenaza a la familia política de Lionel Messi en Rosario recorre el mundo, pero no son solo ellos los damnificados por los narcos.
La violencia narco es algo que viven a diario los rosarinos y rosarinas, pero que se hizo mundialmente conocida este jueves por el ataque a la familia de Antonela Rocuzzo y el mensaje que le dejaron a Lionel Messi.
De este modo, Cecilia, una maestra de Rosario, también sufrió el ataque de los narcos en varias oportunidades y se vio obligada a colgar un tan triste cartel en la puerta de su casa para proteger la vida de sus dos pequeños hijos.
Según trascendió, el martes pasado, alrededor de las 20, dos desconocidos que se movilizaban en moto dispararon al menor 9 veces contra la puerta de su casa sobre la calle Ayacucho, en el sur de la ciudad más violenta de la Argentina.
En este sentido, se contabilizaron en total seis impactos en el frente del domicilio y otros tres en una puerta trasera, que se sitúa a unos ocho metros de distancia. Afortunadamente no hubo heridos.
Este ataque fue similar al caso del supermercado de los suegros de Messi, pero en el cartel que le dejaron a Cecilia en su casa decía: "Arami traicionaste a la mafia, pagá las cagadas, comunicate. La próxima vamos a lo de tu mamá".
Cabe remarcar que el mensaje, claramente no estaba dirigido a esta maestra de 38 años que alquila esa propiedad hace poco más de un año y que ocupa junto a sus dos hijas de 1 y 3 años.
Sin embargo, ante el temor de volver a ser blanco de un ataque narco y sin respuesta de ningún tipo de las autoridades, a Cecilia no le quedó otra opción que colgar un cartel en el frente de su casa para advertir que allí no vive ningún "Arami".
“Yo no soy Arami. ¡Se equivocaron! Mi nombre es Cecilia, soy maestra y alquilo hace un año y medio acá. ¡Tengo dos bebés!”, escribió la maestra en el cartel que colgó de la puerta de su casa.
Pero a pesar de ello, desde el ataque Cecilia y sus hijas no pasan más las noches allí por temor. “Los tiros atravesaron dos puertas y quedaron incrustados en un cantero de cemento”, contó la maestra a la prensa y señaló que “Arami” vivía en la otra casa del mismo terreno, cuya entrada es similar: “Las dos puertas son iguales, grises y se ve que confundieron”.
