La sequía prolongada con una escases  preocupante de lluvias, afecta al 55 por ciento de las áreas productivas nacionales y en esta campaña de cosecha se sentirá por segundo año consecutivo la caída en las exportaciones de granos, principalmente el trigo, ubicándose como la tercera peor cosecha en cuanto a volumen e ingresos, en 15 años.

Otra economía que se ve afectada en menor medida, pero también en un panorama preocupante es la de los tambos: por la falta de agua hay menos pasto y los animales no se pueden alimentar adecuadamente.

Esto impacta directamente en los ingresos por retenciones del sector para el Estado nacional.

La cadena de perdidas es notoria: cae la producción, la exportación y por ende los ingresos en la recaudación fiscal: entre el 18 y el 27 por ciento. 

El ministro de Economía Sergio Massa estimó que si bien las pérdidas por sequía estarían en el orden de los US$ 2.300 a US$2.900 millones, se puede compensar la caída de volumen con un precio más competitivo.

Un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que al principio de la temporada se preveía una cosecha de 49 millones de toneladas. La revisión actual hizo caer esa expectativa a 37 millones, una pérdida de 12 millones de toneladas

que ya se perdió el 25 por ciento de la soja en el país. En el contraste de números se ve que estaban previstas 49 millones de toneladas en esta campaña, cayendo a 37 millones de toneladas, lo que se traduce en 12 millones de toneladas perdidas.

Juan José Bahillo, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación explicó: “Veníamos de una cosecha récord de 22 millones de toneladas; hoy estamos hablando de 13,4 millones de toneladas. Ahí ya tenemos una pérdida importante".

Se estima en 2.500 millones. Y obviamente que el volumen de soja y maíz no va a ser el mismo que la campaña anterior: Bahillo. 

El volumen de producción de oleaginosas, seguirá en declive por lo que en la campaña de verano 2022-2023 ingresarán menos dólares. El origen de la merma es la sequía imperante producto de La Niña que ha devastado las reservas de agua de la Pampa Húmeda, Mesopotamia y todo el centro del país.

Este fenómeno climático, que forma parte de un ciclo natural-global , afecta severamente por tercera vez en 60 años a una de las economías nacionales que genera mayores dividendos como es la producción de granos.

En las áreas productivas de soja, maíz, sorgo, girasol, trigo no se utiliza sistema de riego como se puede observar en los Valles, lo que genera una dependencia natural de las lluvias.

Pensar en la instalación de irrigación por goteo en esas regiones sería una empresa faraónica debido a las enormes extensiones que ocupan estas plantaciones.

Jorge Gvozdenovich, ingeniero agrónomo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se refirió a la situación climática imperante como "una catástrofe" en todos los aspectos, en especial a lo que es la agricultura y la ganadería. 

La ausencia de lluvias que caracterizó al invierno 2022 se extendió a la llamada "primavera austral", -entre septiembre y diciembre-, los meses cruciales para la siembra, y continúa en el verano.