Un choclo en Mar del Plata, en la orilla del mar, cuesta 600 pesos. Se le puede agregar sal, aderezos y manteca.

En otros lugares de la Costa Atlántica, la tabla de precios se repite en forma más o menos similar. En Pinamar, Gesell y Mar de las Pampas el choclo se conseguía por $300 en 2022 y este año no baja de los $500. 

"Ya lo sé, no me digas nada, yo tengo que poner la cara", contó uno de los tantos vendedores que hace completo de punta a punta los balnearios de Punta Mogotes al confirmar el valor de los 600 pesos por choclo.

Lo curioso, es que el choclo hasta hace una semana costaba en la playa 500 pesos y aumentó cuando comenzaron a llegar más turistas.

Más allá de los pintoresco que tiene para los turistas saborear un choclo en la playa -un gusto clásico del verano que pocos repiten durante el año- este es un negocio que puede reportar grandes ganancias cuando el clima acompaña y los veraneantes pasan junto al mar la mayor parte de sus días de descanso.

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Un negocio millonario

Con la venta de 90 choclos por día, multiplicado por 600 pesos da un total de 54.000 pesos. Eso multiplicado por 5: el capitalista de los choclos le quedan $270.000

Calculando un enero con todos días lindos -como hasta ahora, por la venta de choclos se obtendrían 8.370.000 pesos.

¿Por qué es tan caro?

Hay una explicación. En el tercer año consecutivo de sequía se siente la baja en la producción de diversos cereales. Desde la Bolsa de Cereales señalan que la campaña 2021/2022 de maíz registró una caída del 5% en relación a la del año anterior. Esta baja fue acompañada por un descenso en la exportación (influenciado también por políticas comerciales más restrictivas) y por un incremento en el consumo interno. En el balance, el cereal registró una importante baja en el stock que con 6,82 millones de toneladas se encuentra en valores inferiores a los de 2018. 

Del maíz que se produce en Argentina, cerca del 25% se destina a la alimentación animal y poco menos del 70% se exporta al mercado internacional. Del resto, algo más del 3% se destina a molienda y otro tanto a la producción de etanol.