Este jueves 5 de enero se cumplen 6 meses de la muerte de Agustina Fernández, como consecuencia del brutal ataque que sufrió el 2 de julio de 2022. El femicidio de la joven de La Pampa que estudiaba Medicina en Cipolletti tiene un único detenido imputado por el femicidio Pablo Parra. Se lo acusa de homicidio agravado por femicidio y alevosía. 

La mamá de Agustina pidió investigar a quien “guionó” la coartada de Parra

La familia de la joven convocó a una marcha para este jueves 5 de enero para exigir que la condena del femicida sea cadena perpetua. La concentración se llevará a cabo a las 19 en la plaza San Martín de la ciudad de Cipolletti. 

¿Por qué al femicida de Agustina le corresponde prisión perpetua?

Según la hipótesis de la investigación, Agustina inició una relación con un joven de su edad que trabajaba en una cervecería. 

Ese sábado 2 de julio, estuvieron juntos toda la tarde. Y Parra se desesperó. Un argumento de la acusación que la jueza de Garantías Agustina Bagniole hizo propio, fue que los tremendos golpes que recibió la estudiante en su destrozada cabeza tienen más que ver con una furia pasional que un intento de robo.

Se planteó la situación de la alevosía, que es cuando el autor de la agresión se asegura un marco de indefensión de su víctima. Primero, cuando se aseguró que la adolescente se quedara sola en su departamento. Después, ingresando por la parte de atrás de la propiedad, sorteando una reja, levantando una alambrada de púas y entrando por una ventana que había dejado previamente abierta. Cuando empezó el ataque, Agustina estaba de espaldas y se vio totalmente sorprendida. Intentó escapar por la puerta, pero Parra la cerró violentamente sobre su mano izquierda, fracturándole dos dedos.

Ya con Agustina tendida en el piso, Parra siguió golpeándola con furia con un objeto provocando fracturas en el hueso frontal, en el malar y en la región orbital.

Ya tenía una coartada que consideró perfecta: un intento de robo perpetrado por alguien que había entrado por la parte trasera del departamento. Todo estaba bien, salvo por un detalle: un pequeño retazo de un género azul, que había quedado enganchado en la cerca de púas. Allí se encontró ADN de Parra. No es la prueba más importante, pero sí la que empezó a poner en dudas el relato del hombre.