El arquero campeón del mundo se fue a Inglaterra hace diez años a jugar a Inglaterra y dejó en Argentina un amor inconcluso.

El Dibu Martínez puede ser el personaje del año para todos los argentinos, exceptuando a Lionel Messi que está por encima de todos. Pero en carisma, importancia y locura, el arquero es el segundo jugador más importante de la Scaloneta.

La Scaloneta es en su escencia la imagen de Dibu Martínez, la renovación, los nuevos, aquellos jugadores que no estaban en el radar del futbolero argentino y por eso que el ex arquero de Independiente irrumpió en los hinchas a base de atajadas y también otras cositas que lo hacen un combo explosivo.

Los penales que atajó ya están en el Olimpo del fútbol argentino y casi que destronó a aquellos que paró el Goyco en Italia 90 por el solo hecho de haber conseguido la copa. Pero lejos estuvo el Vasco de realizar los festejos que hizo Emi Martinez tras contener los disparos desde los doce pasos y sus bailes ya son imitados por todos los niños que lo tienen como ídolo.

Tras la obtención del título estuvo por Mar del Plata, su tierra natal, donde empezó todo, su carrera con el fútbol y también porque no sus amores. Así fue que salió a la luz una historia de amor inconclusa para el Dibu, un romance de su pasado marplatense.

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El guardameta tuvo una relación consolidada con una ex Gran Hermano, Victoria Irouleguy, una ex participante del reality más famoso de la Argentina en la edición correpondiente al año 2011.

En aquella ocasión la joven marplatense había contado en el programa que tuvo una historia de amor en su ciudad natal con un futbolista que militaba en ese entonces en Indepediente y que ya había tenido su paso por las juveniles de Argentina.

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La charla derivó en que eso se interrumpió por que él se había ido a jugar a Inglaterra y obviamente que los compañeros de la casa indagaron para saber su nombre y ver si lo sacaban, pero no, en ese entonces nadie conocía al Dibu.

"Es Emiliano Martínez, aquero", contó Victoria y nadie exclamó nada, porque en ese momento Dibu apenas era un joven que se la jugaba yendo a jugar a Inglaterra, sin saber que casi once años después la vida lo pondría en el punto cúlmine para un futbolista siendo campeón del mundo y en su caso, atajando penales que quedarán para la historia.