Los festejos futboleros y masivos por la obtención de la tercera copa Mundial y los de la Navidad, han demostrado que la pirotecnia sigue vigente entre la población. A pesar de las ordenanzas y las advertencias formuladas desde los municipios prohibicionistas, no alcanzaron para frenar una situación que padecen muchas familias de la región y de la provincia.

Gastón D’Angelo es presidente de la organización Faro Patagonia, que agrupa a familiares de personas que padecen el Trastorno de Espectro Autista, y fue quien reclamó a la legislatura rionegrina una ley provincial que prohíba la comercialización y uso de pirotecnia. “Con las ordenanzas municipales no alcanza, porque además son muy desparejas”, cuestionó.

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Uno de los hijos de Gastón está diagnosticado con TEA y cuando llegaban estas fechas toda la familia tenía que internarse en zonas aisladas para que el niño no sufriera las consecuencias. Hasta que empezaron a hacer visible su reclamo, para sensibilizar a la comunidad sobre una situación que provoca dolores muy intensos a quienes sufren de autismo.

“No es algo que tenga que ver con una cuestión cultural, como lo quieren vender. Es una decisión personal que afecta directamente la salud de muchas otras personas”, comentó. Y “no es solo que se asustan, que les da miedo la pirotecnia. Les genera un dolor interno profundo que perdura durante horas”, precisó.

“Hay que pensar que cuando hacemos uso de estos elementos pirotécnicos de estruendo, estamos torturando a un sector vulnerable”, consignó.

Como referente de la organización Faro Patagonia, durante esta Navidad recibió llamadas y mensajes de Roca, Villa Regina, Cipolletti, Allen, San Antonio, Viedma, donde le contaban sobre las dramáticas horas que les tocaba vivir a razón de las detonaciones. Y aclaró que la región cordillerana “es el único lugar donde prácticamente no hay uso de pirotécnica”, por una “conciencia medio ambiental y el riesgo que implica” su uso en ese marco.

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En Río Negro “no solo no tenemos una ley provincial que lo prohíba, tenemos ordenanzas dispares entre los municipios, y los efectos nocivos lo padecen muchísimas familias en toda la jurisdicción”, sostuvo.

Y reclamó una legislación equiparable a la que sancionó la legislatura neuquina, prohibiendo el almacenamiento, comercialización y utilización de la pirotécnica en todo el ámbito provincial. Las multas fluctúan entre los 210.000 y los 500.000 pesos en caso de la venta minorista, hasta alcanzar los siete millones de pesos en caso de fabricación, distribución o venta mayorista de estos productos. Se trata de la ley 3371, aprobada el pasado 15 de diciembre, que ya fue publicada en el Boletín Oficial (se puede consultar en forma íntegra en este link)

“La única manera de dar una respuesta definitiva es que Río Negro tenga una ley similar y que se pueda trabajar en forma coordinada y conjunta, en forma regional”, pidió D’Angelo.