En épocas de escasez y de inflación, tener que destruir alimentos porque no se cumplieron los requisitos mínimos de sanidad es un pecado grave. Es lo que pasó con un cargamento de 110 costillares, casi dos toneladas de carne, que tenían por destino el mercado de General Roca.

El alimento decomisado era trasladado en la caja y los asientos traseros de una camioneta, sin medidas sanitarias, sin refrigeración ni la documentación para el transporte de esos productos. La principal sospecha es que se trata de carne vacuna comprada al norte de la barrera sanitaria y que se traslada de manera clandestina hasta el Valle para su venta minorista.

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Los efectivos del Cuerpo de Seguridad Vial de Choele Choel se encontraban realizando un control vehicular e hicieron señas al conductor del rodado para que detuviera su marcha. Lejos de hacerlo, el conductor continuó su marcha con dirección a la localidad de Darwin.

Inmediatamente se dio aviso a personal de la Subcomisaria 72° de ese municipio que logró alcanzar la camioneta a la altura del km 1000 de la ruta nacional 22.

Tras identificar al conductor –un hombre de 72 años- y a su acompañante, manifestaron dirigirse desde Rio Colorado hacia General Roca, y al solicitar la apertura de la caja del vehículo, constataron que transportaban un total de 110 costillares entre la caja y la parte interior trasera del vehículo.

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Ante esta situación se procedió a labrar el acta de Infracción y decomiso con la posterior incineración de los productos.

Este “contrabando hormiga” se está volviendo algo bastante común en la región, con transportistas que se arriesgan con tal de hacerse con la renta diferencial que existe entre un costillar comprado al norte de la barrera sanitaria y vendido en los centros urbanos del Alto Valle.