Con mucha lentitud, pero finalmente la causa está llegando a una instancia de definiciones. La semana que viene se realizará la audiencia de control de acusación contra un policía de la Comisaría 26. El caso de gatillo fácil se produjo en octubre del año pasado, durante un operativo que estaban realizando en Fernández Oro.

Según la acusación, en la madrugada del 10 de octubre de 2021, Fernando Sosa y sus amigos regresaban a Cipolletti después de haber participado en un encuentro familiar. De improviso, un móvil policial se les interpuso y los obligó a detenerse. Lo primero que vio Sosa fue a un uniformado que se le acercó con una escopeta y se la acercó a la altura de la cabeza.

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El conductor, en un acto instintivo, intentó apartar el arma y automáticamente se produjo el disparo. Las municiones le dieron de lleno sobre la mandíbula. El resto de la patrulla se encargó de retirar a Fernando de la butaca del auto y lo trasladaron de urgencia al hospital Moguillansky. Allí le extrajeron 11 perdigones y tuvieron que cerrar la fractura del maxilar.

El uniformado es Darío San Martín, quien sigue destinado en la comisaría de Fernández Oro, y está imputado de “lesiones gravísimas”. La causa tenía un avance muy lento hasta que Sosa manifestó su preocupación públicamente por la falta de respuestas. Ya sobre el fin de año, a pocos días del inicio de la feria judicial, se realizará la audiencia de control de acusación, instancia previa a la iniciación del juicio.

Sosa estuvo varios meses sin poder trabajar, debido a la gravedad de las heridas, y todavía hoy tiene algunas dificultades para comer y para tomar bebidas frías. “Me quedó la boca torcida”, acusó.

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