El conductor se caso en segundas nupcias y ambos contaron infidencias de sus primeros encuentros con un tinte divertido.

Alejandro Fantino es un tipo que se creo su propio personaje en los medios e inmortalizó un estilo de conducción basado en las historias divertidas, anécdotas y construcciones historicas/mitológicas para explicar algo de la actualidad.

Nunca ocultó su gusto por la mitología y la historia universal y ya es una marca registrada esperar algún latiguillo de un guerrero para ensalzar alguna historia que tenga para contar su entrevistado.

También ha sabido moverse desde el deporte a la política con la misma cintura y con mucho peso para poder meterse en el ring del juego sucio y el golpe bajo en busca de puntos de raiting,

Pero su costado peleador, como este último que mostró ante Mariano Closs, su ex compañero de ESPN, constrasta con el niño que lleva adentro y que todo ve como un juego, el divertimento literal y también real con los juguetes que adornan su casa.

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En sus segundas nupcias, Alejandro contrajó matrimonio nuevamente y dio el sí a Coni Mosqueira en una fiesta que celebraron en una estancia de Villa María de Cañuelas.

Allí la pareja dio una nota antes de recibir a los más de 200 invitados y ella, un perfil más bajo que Fantino, contó una infidencia que la sorprendió por completo cuando pisó la casa de Alejandro por primera vez en su vida.

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Coni se sinceró y dijo: "Voy a contar algo quenadie sabe, la primera vez que fui a la de él, estaba llena de juguetes. Pensé tiene un bebé, dije tiene un hijo porque estaba lleno de juguetes, parecía una juguetería".

A Fantino esa declaración lo descolocó un poco, lo hizo explicar la situación y fiel a su estilo bromeó: "Tengo un hijo adentro mio, además de Nahuel de treinta años, yo soy hijo de mí mismo".