¿Cuántas veces sentiste una sensación de impotencia cuando observás conductas que provocan daños en el medio ambiente? Tal vez porque son acciones de baja escala, que no alcanzan a ser un “delito” especialmente punible. O porque no estaba bien especificado el hecho. Lo cierto es que más allá de la crítica desde las redes sociales, los que arruinan la ecología suelen llevarla bastante liviana, por acción o por omisión.

El nuevo Código Contravencional de Río Negro estipula dentro de sus objetivos la preservación del medio ambiente. Por tal razón, considera punible la acumulación de residuos sin protección reglamentaria; el arrancar árboles o arbustos plantados en lugares públicos; y arrojar desperdicios o aguas contaminantes.

Quienes prendan fuego en predios urbanos o rurales sin observar las precauciones necesarias para evitar la propagación, están cometiendo una infracción. Al igual que quienes coloquen o arrojen sustancias insalubres o dañinas en lugares públicos.

Seguí leyendo: En llamas: el Delta del Paraná lleva más de 700 mil hectáreas incendiadas

Estos hechos son pasibles de “acción pública”, lo que significa que el Estado está obligado a iniciar acciones legales para detener el daño. Las penas, pueden ir desde el trabajo comunitario, la inhabilitación temporal para realizar determinada actividad o multas que varían entre los 136.000 pesos a los 1.361.000 pesos.

Leé también: Arte y ecología, todo en una: hicieron una escultura con basura juntada en un día de limpieza

Estas acciones se canalizan a través de los juzgados de paz de cada localidad, pero las denuncias deben realizarse a través de la policía, ya sea en forma presencial, telefónica o a través del sistema de emergencia 911. Tené en cuenta que se necesitarán testigos del hecho. Y una fotografía puede contribuir al desarrollo de la causa.