Por Claudio Andrade

La fotografía de perfil del WhatsApp de Gerardo Ferrarino muestra la imagen en sombras de una persona que sostiene una luz en sus manos bajo la contundencia de un cielo abismal.

El autoretrato hace pensar en la mitología griega, en el poder los dioses, en la geografía infinita que nos envuelve como el océano a una pizca de arena.

Dentro de un catálogo excepcional debe ser una de las obras más excepcionales de este astrofotógrafo de Viedma.

El 10 de septiembre pasado la NASA volvió a reconocerlo al nombrar una de sus fotos, tomada en Villa Traful, Neuquén, como “Astronomy Picture of the Day” o, en castellano y entre amigos, la foto genial de la jornada. La bautizaron como “Galaxy by the Lake”.

“Este paisaje nocturno panorámico de 180 grados captura nuestra galaxia, la Vía Láctea, mientras forma un arco sobre el horizonte en una noche de invierno en agosto. Cerca de la medianoche, el centro galáctico está cerca del cenit con las aguas claras del lago Traful, Neuquén, Argentina, América del Sur, el planeta Tierra debajo. La luz zodiacal, la luz solar reflejada por el polvo a lo largo del plano de la eclíptica del Sistema Solar, también es visible en el cielo nocturno muy oscuro de la región. La tenue banda de luz se eleva desde los distantes picos nevados hacia el centro de la galaxia, indica en una parte la explicación de la NASA.

A 2,5 millones de años luz de distancia

Es la segunda ocasión que el sitio de la NASA le otorga esta medalla. La anterior data del 25 de noviembre del 2020 y fue denominada: “Andromeda over Patagonia”, una imagen que debió “esperar” 2,5 millones de años luz para ser lograda. La distancia entre esa galaxia y nuestro planeta.

Ferrarino, quien se especializó en 2018 en astrofotografía, explica que el oficio requiere complejos equipos, lentes especiales y telescopio, entre otras herramientas.

Detrás de la foto de Traful galardonada hay una historia especial.

El fotógrafo estaba de visita en Villa Traful, junto a hermana y sobrinos, para festejar los 70 años de su madre, Mabel. Caminaron en grupo hasta la zona del lago Traful donde Ferrarino “encontró” el ambiente perfecto para una fotografía de largo aliento.

“Habíamos hecho un senderito, en villa Traful para conocer una cascada, con mi mamá, que cumplía 70 años, mi hermana y mis sobrinos. Fuimos a Traful por el cumpleaños de ella. Cuando terminamos de hacer ese recorrido se me ocurrió ir a la costa del lago que en ese lugar es un camping que funciona solo en verano. Me las rebusqué para pasar al camping y llegué a la playa, a la costa del lago que era hermoso”, relata.

“Empecé a prestar atención que tenía los picos de las montañas nevados muy cerca mío y pensé que para una foto podría andar muy bien, y el lago muy bajito, no era profundo y se veían todas esas piedras que se ven en la foto, el agua transparente y, encima, el pronóstico decía que no iba a haber viento. Ahí me di cuenta de que podía ser una buena foto por todas estas condiciones que se estaban dando, Volví a las 10,30 de la noche con un cuidador de las cabañas donde estaba parando y dejamos la camioneta, bajamos. Me habrá llevado unos 45 minutos hacer foco y tomar las fotografías. Tomé las 10 fotos las empecé a revelar y editar y ahí me di cuenta que había quedado una linda foto”, explica.

Entonces el universo brilló para todos nosotros gracias a su trabajo.

Un gran trabajo de planificiación para un click eterno

“Las fotografías se planifican y mucho. Necesitan muchas condiciones para que se den ese tipo de fotos. Primero que nada no tiene que haber un cielo contaminado lumínicamente. Tienes que estar muy alejado de las grandes ciudades y con un cielo muy oscuro”, señala acerca de los requerimientos.

“Yo, a parte, ese día en el lugar, fui a la tarde, vi todo el paisaje, el terreno para que no haya líos para andar de noche y me imaginé más o menos cómo iba a hacer la foto. A la noche fui y tomé 10 fotos porque quería abarcar 180 grados. Entonces tomé cinco fotos de la parte del lago, el piso, suelo y otras 5 fotos con el trípode apuntando más arriba para captar todo ese arco del centro de la galaxia”, continúa.

Un astrofotógrafo debe tener en cuenta la luz, la calidad del cielo, la rotación de la Tierra y hasta su propio estado de ánimo, antes de apretar el disparador.

“Todas las fotos nocturnas que hago son de larga exposición, todas estas últimas tuvieron 20 segundos de exposición. A un diafragma f28 y sensibilidad ISO 6400. Cuando es espacio profundo, cuando saco fotos a galaxias, cúmulos estelares, nebulosas con telescopio, ahí ya son horas, son muchas fotos seguidas de 5 minutos, por ejemplo. Después se hace un apilado, que es una técnica fotográfica para sumar toda esa información a una sola foto, pero cuantas más horas mejor. He hecho fotos de 3 noches seguidas con 20 horas de exposición. Eso es para una galaxia que está muy lejana y muy tenue”, cierra.