Los exportadores frutícolas de la región reclamaron un “dólar fruta” similar al que los sojeros están empezando a liquidar sus ventas al exterior para recuperar la competitividad y permitir las inversiones que necesita el sector. A través del Comité Fruta, que reúne a la CAFI, los exportadores de cítricos y a los de arándanos y cerezas, solicitaron una reunión urgente con el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo.

Después de algunos meses de tensión y de retracción en la liquidación de exportaciones, el sector sojero logró un reconocimiento de un tipo de cambios especial, a 200 pesos por dólar. El valor con que se liquida el resto de las exportaciones es de 147 pesos por unidad.

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En una nota dirigida al ministro de Economía, Sergio Massa, y al propio Bahillo, el sector explicó que existen cuatro situaciones especiales que deben ser considerados en la nueva situación: la crisis de los mercados internacionales post pandemia; el conflicto Ucrania – Rusia; el crecimiento de los costos internos en dólares, a niveles extraordinarios; el tipo de cambio real retrasado en función de dicho aumento de costos.

 El gerente de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), Marcelo Loyarte, expresó que están solicitando un dólar diferencial porque “nuestra economía ha sufrido un escenario de costos que aumenta mucho en dólares; un tipo de cambio que va atrás de la inflación que se traduce en pérdida de competitividad y achicamiento de la actividad”.

Esa pérdida de competitividad se fue mostrando en la paulatina disminución de la producción: “hace unos años producíamos 1,5 millones de toneladas de fruta; hoy producimos 1 millón”, explicó.

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Loyarte puntualizó que esta problemática es común a las economías frutícolas del país, razón por la cual realizaron este pedido al ministro Massa, junto con la solicitud de audiencia con el secretario de Agricultura. “Hace mucho tiempo que no tenemos reuniones con el gobierno nacional y entendemos que es un buen momento”, sostuvo.

También recordó que el negocio de la soja es muy distinto al de la exportación de frutas: “nuestra actividad demanda mucho tiempo hasta que la inversión se vuelve productiva; tiene otros costos y otra logística”, explicó.