Aunque parezca una definición que no coincide con la realidad, la actual temporada sigue siendo considerada como de sequía. Las nevadas y precipitaciones en la zona cordillerana y en la planicie fueron mayores que las de los 10 años anteriores, pero no son suficientes. Los embalses siguen estando bastante por debajo de sus límites normales. Entonces, vale la pregunta: ¿se puede garantizar todos los usos?

Si la respuesta tiene que ser rigurosa y se incluye la generación hidroeléctrica en los niveles que requieren el sistema interconectado y la Secretaría de Energía, tendría que ser negativa. La Autoridad de Cuencas resolvió mantener la “emergencia hídrica” y desde el organismo entienden que esa medida garantizó la recuperación de los caudales.

En el Limay, los embalses de Alicura, Piedra del Águila y El Chocón están entre un 67 y un 70 % de su volumen normal. Al principio del invierno se encontraban en un 30 %, así que puede considerarse que hubo una mejoría: entre las mayores precipitaciones y la política conservadora para el uso, se pudo acumular para garantizar mejores condiciones en el corto plazo.

La acumulación de nieve en la cordillera es buena, pero también se califica como en época de “sequía”. En unas pocas semanas más empezará la etapa del deshielo y habrá más agua en los ríos. El pronóstico de mediano plazo indica algunas precipitaciones moderadas en el comienzo de la primavera, pero ya en un volumen mucho menor a las del invierno.

En el Neuquén, en tanto, los dos embalses (Mari Menuco y Los Barreales) están casi en una situación de normalidad, mientras sigue ingresando un caudal mayor al que se permite salir desde El Chañar. Hay un nivel de reservas adecuado, pero los técnicos de la AIC advierten que es de un volumen menor y que además está tironeado por la mayor cantidad de usos. Desde este río se abastecen los principales sistemas de riego de la región: el canal principal del Alto Valle (entre 70 y y 80 m3/seg), el sistema Campo Grande, el de Centenario, el de Vista Alegre y otros canales menores.

Para los meses próximos, AIC planifica una erogación de 140 m3/seg, de los cuales unos 100 m3 serán utilizados para riego. El consumo humano y la actividad petrolera de Vaca Muerta utilizan una cantidad mínima. “Insignificante” en términos de los cuerpos técnicos.

En tanto, el Limay tendrá también un pequeño incremento de caudal hasta llegar a los 300 m/segundo durante la semana que viene. Esta situación no se advertirá demasiado sobre el cauce del Negro, que transportará un caudal de unos 350 m/3 segundo. Hay que tener en cuenta que el Neuquén llegará a la confluencia con apenas 40 m3.

A pesar de todas estas previsiones y dudas, los especialistas en el manejo del agua se sienten más optimistas que a principios de año. Entienden que los ríos estarán más caudalosos que el año pasado, y que podrán mantener los diferentes usos previstos. Eso sí: manteniendo las restricciones en la producción de energía. Habrá suficiente para garantizar el riego, el uso humano y la recreación. También para la industria petrolífera, un tema que desvela en Buenos Aires. El resto, tendrá que esperar.