La industria de Vaca Muerta empieza a hacer sentir algunos de sus efectos sobre la región. Uno de ellos, sobre el tránsito: más de 300 camiones cargados con arenas especiales circulan diariamente por la ruta 22, en el tramo que desde General Roca hasta Neuquén. Y para el año que viene, se estima que habrá 900 vehículos pesados circulando por esta vía.

Fuentes del gobierno provincial consideraron que además de la saturación vehicular, el paso de estos “gigantes” va produciendo un daño extra a la carpeta asfáltica: la formación de huellones, baches y pozos que van desarticulando la trama. Un tema que preocupa especialmente: Vaca Muerta se encuentra apenas en un 7% de su capacidad de producción.

En estos días se está realizando un recuento de la carga que está pasando por la ruta nacional en este tramo, para tener más elementos que permitan planificar. La ruta 22 está colapsada: los tramos entre Roca y el acceso a Cipolletti están colapsados. Y lo que es peor, tampoco hay un proyecto de ampliación desde ese punto hacia la zona del complejo hidrocarburífero.

Los voceros consultados estimaron que con esa cantidad de camiones transitando por la ruta se necesita buscar alternativas de otra índole: desde nuevas vías de tránsito a la necesidad de utilizar el ferrocarril en forma intensiva. Claro que eso deberá interpretarse a la luz de una nueva realidad: las ciudades avanzaron sobre las zonas aledañas a las vías férreas, por lo que existen innumerables problemas de seguridad a resolver.