Una decisión del Gobierno de la República Checa es clara y beneficiosa, los autos súper deportivos incautados por distintas irregularidades son convertidos en patrulleros y utilizados en las persecuciones.

Eso fue lo que ocurrió con una Ferrari 458 Italia que le confiscaron a un grupo de delincuentes criminales. La policía la pintó, la preparó específicamente y ahora la utiliza a diario por las calles del país europeo.

El vehículo se utilizará en la lucha contra las carreras ilegales, conocidas popularmente en la Argentina como picadas, en la persecución de vehículos robados y en la supervisión de la seguridad y la fluidez del tránsito en las calles.

A diferencia de los patrulleros “comunes”, a éste lo conducirán únicamente agentes especialmente formados del Departamento de Vigilancia Especial de la República Checa, con jurisdicción en todo el país. Claro: manejar una Ferrari no es para cualquiera. Hay que tener conocimientos conductivos específicos para llevarla bajo control.

La policía checa informó que gastó alrededor de 340 mil coronas checas en la conversión de esta Ferrari a patrullero. Es el equivalente a 13.500 euros, una cifra para nada baja. A eso se le deben sumar las 130 mil coronas checas (algo así como 5.300 euros) que se precisaron para volver a ponerla en funcionamiento tras diez años en desuso.

El vehículo había estado toda una década parado luego de apenas 2.000 kilómetros de uso. Puede decirse que, luego de una buena puesta a punto, quedó como nueva.

El equipamiento ahora incluye un sistema de cámaras, una radio, una sirena de advertencia especial, un radar de velocidad en forma de pistola y, por supuesto, una nueva decoración exterior.

El motor es un naftero V8 y según la ficha técnica de la marca italiana, con él puede acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en apenas 3,4 segundos.