Este sábado la Casa de la Cultura fue el escenario de un cálido encuentro de vecinos de distintas localidades para debatir sobre “El teatro como herramienta social”, una propuesta traída por la Unidad Popular (UP) y el “Vecinalismo” que contó con la coordinación del actor y director Salvador Amore, quien dedicó toda su vida a la cultura en el plano nacional como internacional, además de ser uno de los potenciadores de la corriente teatral independiente en Río Negro en la década de 1980.

“Esta actividad pone a disposición de la gente una discusión diferente sobre lo que significa tener al teatro como una herramienta de inclusión. A la vez, nos permite a nosotros pararnos en un lugar distinto y empezar a ofrecerle a la comunidad la posibilidad de debatir sobre temas de interés que trascienden lo meramente político, electoral o cotidiano”, explicó uno de los referentes locales, Mario Álvarez, en el encuentro realizado el sábado por la noche en un salón colmado por los vecinos y vecinas. 

Quienes asistieron al evento pudieron intercambiar ideas con Salvador Amore, formado en Rumania a través de una beca que obtuvo en su juventud, que le permitió sus primeras actuaciones en el viejo continente. Sin embargo, a principios de los 80, regresó a la Argentina para intercambiar ideas con gente de todo el país. Así fue como llegó al Alto Valle, siendo parte importante del desarrollo de los primeros grupos de teatro independientes en la zona. 

“Realicé muchas visitas y muy seguidas a Río Negro, alentando y armando grupos. Buscábamos darle un nuevo carácter al teatro, sembrando ideas del sindicalismo y juntando esfuerzos en un contexto muy duro para el país, para que después cada uno fuera ampliando sus propios talleres con otras líneas, generando un amplio y variado abanico de propuestas escénicas”, explicó Amore.  

En esta línea, Matías Miquelez, miembro de la Comisión Directiva del partido, reflexionó durante el encuentro que “estos valores van en línea con los propuestos desde la UP, que busca a través de distintas disciplinas, como el deporte o la cultura, convertirse en una herramienta de inclusión, y fundamentalmente de expresión de los sectores constantemente silenciados por los opulentos”. 

“Su multifuncionalidad nos proporciona una esfera de conocimiento distinta de la lógica-formal, al irradiarla desde su carácter fundamentalmente sensorial-intuitivo. Así conseguimos conocer desde el sentimiento de cada uno, por empatía. El artista adquiere rango de tal si logra a través de su obra convencer de lo indemostrable a quienes la percibe, y ellos se hacen merecedores de estas manifestaciones si acceden a entrar en la convención que el actor les propone”, detalló el dramaturgo.