En Sindh, Pakistán, médicos decidieron seguir adelante con el parto natural de una mujer y evitar una cesárea. Esto a pesar de haber notado que la niña estaba de nalgas. Durante el procedimiento lograron que las piernas y el torso de la bebé salieran, sin embargo, su cabeza quedó atrapada.

Durante media hora, intentaron sacar a la criatura, pero, ante el peligro de que la madre también muriera, resolvieron cortarle la cabeza. "El feto no estaba en posición cefálica (con la cabeza hacia abajo). Así que la cabeza se atascó después de dar a luz el torso porque el parto fue realizado por manos inexpertas", explicó la autoridad sanitaria de Sindh.

Lamentablemente, el calvario de la mujer se prolongó durante horas, ya que debieron trasladarla a un segundo hospital para extraerle la cabeza. El mismo quedaba a más de 80 kilómetros de distancia y ella siguió teniendo contracciones durante todo el viaje.

Al llegar la clínica, descubrieron que el lugar no disponía de las instalaciones necesarias para tratarla, por lo que lo que debieron llevarla hasta Hyderabad, a 200 kilómetros.

Las autoridades sanitarias indicaron que la madre sufrió un "prolongado trauma psicológico", además de estar a punto de morir por falta de cuidados adecuados. Al parecer, no había ningún ginecólogo de turno en el centro de salud rural al que acudió en un principio. De todas formas, prefirieron atenderla y evitar su traslado.

Actualmente, la mujer se encuentra en el centro médico de la Universidad Liaquat de Ciencias Médicas y de la Salud de Hyderabad. El profesor Raheel Sikandar, que la atendió, aseguró que "el útero de la madre se rompió porque no siguieron el procedimiento normal" y explicó que los bebés que vienen de nalgas normalmente sobreviven si los médicos actúan con rapidez.

"La cabeza del bebé estaba atrapada. En estos casos de bebés de nalgas, la muerte se produce en un minuto si no se les da a luz completamente", señaló. Por lo sucedido, las autoridades sanitarias locales investigan un posible caso de mala praxis.