Las calles anegadas por pérdidas de agua o escurrido de líquidos cloacales no son algo poco frecuente. Y eso se ve reflejado en números que impactan: tan solo en los últimos tres meses, el municipio de Roca labró 771 actas de infracción a la empresa ARSA por desbordes de agua potable y líquidos cloacales. Lo que en promedio se traduce en 8 multas y notificaciones diarias.

Estos datos son preocupantes por varias razones, y no solo porque por día se pierden miles de litros de un recurso que escasea a nivel regional y mundial, sino también por problemáticas que tienen que ver con la salubridad, con la falta de presión de agua en los hogares y hasta por cuestiones de tránsito. Esto último, debido a que la constante presencia de agua vertida sobre las calles, combinada con las temperaturas bajo cero, provoca el congelamiento de la calzada, lo que produce a su vez siniestros viales. Sin ir más lejos, durante las últimas semanas de mayo se registraron varios accidentes e incidentes de tránsito por el hielo en el asfalto.

Varias son las incógnitas que surgen ante esta situación: ¿a qué llevan tantas actas si la empresa encargada del servicio pareciera hacer caso omiso a las demandas del municipio de Roca? ¿Al aplicar dichas sanciones la Comuna busca una solución real al problema o solo se trata de otra “estrategia de ataque” en el eterno combate entre el ejecutivo local y el provincial? En definitiva, ¿existen respuestas para las y los roquenses ante esta problemática que tiene como protagonistas a un gobierno local y un Estado provincial que protagonizan cruces desde hace más de 10 años, con poca predisposición al diálogo?

Otra incógnita atañe a la cuestión: ¿qué pasa con las actas y notificaciones emitidas por el municipio? Según informaron fuentes de la empresa, se acumulan en las oficinas, sin que se haya pagado un peso durante los últimos años. Para tener dimensión de la cantidad de procesos iniciados alcanza con recordar que en marzo del 2018 el Ejecutivo local salió a reclamar 22 millones de pesos por multas impagas. Hoy, esa suma debe, al menos, duplicarse.

Desde marzo, el municipio difunde cada semana en sus partes de prensa oficiales, la cantidad de actas labradas a ARSA. Al día de hoy, se contabiliza un total de 771 infracciones. “Los reiterados desbordes cloacales y pérdidas de agua potable en zonas residenciales ponen en riesgo la salubridad de la población, generando además falta de presión de agua en diferentes sectores de la ciudad”, explican desde el Ejecutivo local.

“Por ello, además de solicitar de forma recurrente y por la vía formal, una solución definitiva de este problema al Gobierno provincial, el municipio procede al labrado de actas de cada situación en particular”, agrega.

Por su parte, en diálogo con ANRoca, Adolfo Stefanich, jefe de servicio de ARSA, argumenta que el municipio es impaciente y no deja margen a que se presenten soluciones: “no podemos prever una rotura de un caño, un desborde. Lo ideal sería notificar, dar un plazo de reparación, y si no se arregla después multar”, explicó.

“Hay multas por desbordes cloacales, en tapa de registro, y por pérdidas de agua. Pero hay roturas que se producen en una vereda, cañerías que eran de plomo, de asbesto o cemento. Cañerías difíciles de reemplazar”, concluyó Stefanich

Mientras la puja de poderes sigue, las y los roquenses viven presos de esta problemática que trae aparejadas complicaciones en la salubridad, en el tránsito y hasta impactos ambientales, a la vez que las respuestas no llegan y se preguntan ¿hasta cuándo?