El sector textil, indumentaria y de calzado tuvo nuevamente en los últimos días un nuevo protagonismo mediático, tras difundirse el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec de abril, porque dejaron de ser marzo y septiembre los meses de fuertes aumentos por los cambios de temporada. En este caso, la variación fue 9,9% respecto de marzo -ya ese mes había arrojado una suba de 10% frente a febrero- y 73,4% en términos interanuales.

En la Patagonia, el mercado relacionado a las prendas de vestir y el calzado sufrió un 9,2 % de inflación según los datos del Indec. Lo cierto es que la indumentaria no deja de aumentar y forma parte de los productos esenciales en términos de escala.

La temporada invernal está al caer aunque las bajas temperaturas ya se hicieron presentes en la ciudad. No se trata de seguir  tendencias ni moda, sino de poder vestir las prendas adecuadas ante el frío.

Esto es un problema para todas las familias y más aún para aquellas que tienen niños en crecimiento. Comprar una campera todos los años es una realidad que se encuentra bastante alejada de la sociedad argentina, que ha perdido un gran poder adquisitivo.

Ante esto, el presidente Alberto Fernández se manifestó: “Uno los protege y cuida, pero después eso se vuelve en contra de la gente. Hay un desmadre de los precios entre el que confecciona y el que vende”. También agregó que el incremento se ve más en los comercios que en la producción.

Al día de hoy los precios parecen rondar en esta lista de precios: camperas de abrigo: $10.000; Jeans $ 3.500; joggins $2.500. Los buzos tipo canguro rondan los $4.000 mientras que los sin capucha los $2.000.

En cuanto al calzado, es difícil encontrar productos nuevos que no superen los 5 mil pesos. Todo esto varía de acuerdo a las marcas y las tiendas, aunque se puede decir que hoy elige más el bolsillo que el estilo de vestir.