Se cumplieron 11 años del siniestro del avión de Sol Líneas Aéreas, que se estrelló en la meseta de Somuncura, a pocos kilómetros de Los Menucos, y provocó la muerte de sus 22 ocupantes: tres tripulantes y 19 pasajeros. Un grupo de familiares se reencontró en el lugar para realizar una misa por la memoria de las víctimas y reiterar su pedido de justicia. La causa está a punto de prescribir. Juan Carlos Ruiz, padre de uno de los fallecidos y el más activo impulsor del reclamo, imploró: “ojalá Dios ilumine la causa y se pueda llegar a la verdad”.

Luego de un proceso judicial complicado, con muchos cuestionamientos por parte de los familiares, que señalaron reiteradamente un intento de encubrimiento, la causa está por segunda en Casación. “Tal vez sea la última o la anteúltima cosa que podamos hacer, pero están empujando para que esto prescriba y quede en la nada, como fue el caso de Lapa”, lamentó Ruiz.

Aquel 18 de julio de 2011, a las 22.05, el Saab partió del Aeropuerto de Neuquén con destino Comodoro Rivadavia. Media hora más tarde el avió reportó el primer inconveniente; las condiciones climáticas habían cambiado y empezó a sentir las consecuencias de un engelamiento severo en la zona de las alas. Y a las 22.46 se recibió la última comunicación con la base: el copiloto explicaba la dramática situación que estaban viviendo.

Ruiz denunció que tanto el fiscal como el juez Leónidas Moldes, quienes llevaron adelante las primeras etapas de la investigación, fueron funcionales a la decisión de dejar prescribir la causa. Desde la tipificación del delito, que supone una condena máxima de 10 años de prisión.

“Nosotros estamos peleando todavía para ese cambio de carátula. Para nosotros se encuadra en el artículo 190 del Código Penal; poner un medio a prestar un servicio con riesgo ya es delito. Acá no solo hubo riesgo sino tragedia seguida de muerte. Allí hay responsables. Busco que al responsable le quepa lo que le tenga que caber y que esto no vuelva a suceder”, enfatizó.

El artículo citado por Ruiz define como delito la posibilidad de poner en peligro la seguridad de una aeronave. Y si ese hecho “causare lesión a alguna persona, la pena será de seis a quince años de reclusión o prisión, y si ocasionare la muerte, de diez a veinticinco años de reclusión o prisión”.

Para el hombre, hay que buscar al responsable de este siniestro “y que le quepa lo que le tenga que caber; para que esto no vuelva a repetirse”. También remarcó que algunos directivos de Sol Líneas Aéreas (que dejó de operar en 2016), hoy “están cumpliendo funciones en otras líneas de low cost y ya ha habido incidentes. Voy y busco una verdad. Más allá de lo que es el encuadre judicial. Porque hay una verdad en todo esto y la están escondiendo para beneficio de grandes intereses económicos. Hay ahí una sociedad por llamarla de una manera, entre empresarios ávidos de obtener beneficios a costa de lo que fuera, corruptos funcionarios y jueces permeables a todo este poder económico”.

El papá de una de las víctimas destacó el recibimiento que todos los años les realizan los pobladores de Los Menucos. “Nos han contenido, nos han hecho sentir su cercanía. Los llevó en el corazón. Ayer trajimos a este camposanto de Prahuaniyeu nuestro sentimiento, nuestro dolor. Trajimos esa flor, esa oración, ese recuerdo, tal vez esa lágrima. Y de alguna manera, sentimos que ellos están todavía dándonos esperanza… es un lugar que tiene algo mágico”, dijo.