El accidente que se produjo ayer al mediodía, cuando un camión con su semi remolque cayeron a las aguas del río Neuquén, trajo algunas complicaciones para los organismos públicos. Primero, para tratar de mitigar el impacto ambiental por el combustible y el aceite que se derramaron. El segundo problema, y el más complicado, será el diseño de un operativo de rescate del vehículo pesado.

En la región no existen antecedentes de una situación similar. Durante medio siglo hubo un solo puente que unía Río Negro y Neuquén y su estructura de arcos hacía más difícil la caída de un cualquier rodado. En 1997 se habilitó el segundo puente y tampoco se registraron antecedentes. El tercero se inauguró en 2017 y cinco años después tiene su primer caso. Novedad absoluta para las dos provincias.

Esta falta de registros habilita la gran pregunta: ¿cómo van a hacer para sacarlo?

La alternativa de hacer la operación desde el mismo puente está prácticamente descartada por todos los especialistas consultados. Por las dificultades de la maniobra en sí misma, pero también por el peso que debería soportar la estructura. Habría que traer una grúa de grandes dimensiones, que pueda traccionar el camión, y todo eso se apoyaría sobre el puente. “Estaría en el límite de su estabilidad”, explicaron.

Más seria es la posibilidad de realizar el rescate desde la ribera: un equipo de buzos debería evaluar las condiciones en que se encuentra el camión: luego tratar de engancharlo con un cable, y finalmente traccionarlo con un vehículo equivalente para sacarlo del lecho del río.

En cualquier caso, será un trabajo que demandará una planificación exigente y la participación de varios equipos de rescate.