La instalación de contenedores en puntos fijos del centro de la ciudad, para que vecinas y vecinos puedan arrojar residuos y al mismo tiempo clasificarlos entre húmedos y secos, es una iniciativa destacable.
Sin embargo, son los propios usuarios los que a diario convierten estos espacios en auténticos basurales a cielo abierto. Ocurre con depósitos instalados en el centro y también con las campanas distribuídas en otras calles.
Es común ver que los contenedores instalados en la Tucumán desbordan de residuos domiciliarios, los que terminan cayendo a la calle, generando suciedad y en muchos casos contaminación, cuando se trata de restos de comida por ejemplo.
Los "tachos" verdes se utilizan para residuos comopapel, vidrio, cartón, plásticos, tetrabrik y material húmedo. Lo que no se puede arrojar de ningún modo allí es escombro.
El mal uso de estos container genera un doble llamado de atención: a quienes deben vaciarlos y también a quienes los usan, para que no arrojen basura cuando la capacidad está completa, a sabiendas de que todo terminará sobre la calle.