JUSTICIA POR VALENTINA

| 07/04/2022

Mala Praxis: Valentina falleció por peritonitis pero los médicos nunca se dieron cuenta

La niña tenía 11 años, fue tres días seguidos a atenderse por dolores abdominales y los profesionales nunca dieron con el diagnóstico

Mala Praxis: Valentina falleció por peritonitis pero los médicos nunca se dieron cuenta

No hay dolor más grande que la pérdida de un hijo o una hija, el menos es lo que dicen quienes han atravesado está situación y quienes no lo han hecho no dudarían en afirmarla. Valentina Dosantos Baleri tenía 11 años y era hija de Tatiana Baleri, quien hoy pide justicia por su pequeña y “para que no le pase a nadie más, los médicos tienen que dejar de trabajar”, sentenció en dialogo con ANR.

La historia comenzó el lunes 21 y tuvo su triste desenlace el jueves 24 en el Policlínico de Neuquén. En esas 72 horas, Valentina pasó por varios médicos y nunca nadie dio con el diagnóstico acertado. Una cadena de negligencias y malas decisiones que arruinaron una familia.

Tres días seguidos fue al médico por dolores en la zona abdominal, cada vez más intensos. El miércoles ingresó al quirófano de urgencia y luego de la operación todo fue de mal en peor. En esos días nadie se dio cuenta que tenía una infección que ponía en riesgo su vida.

Valentina falleció de peritonitis, según señala el informe final de la fiscalía. Hoy la mamá encabeza una lucha pidiendo justicia por su hija. En la causa ya interviene la justicia y hoy están a la espera del informe forense que realiza la junta médica.

El relato de las 72 horas trágicas para Valentina

Todo comenzó el lunes 21 de marzo cuando por fuertes dolores, Valentina asiste junto a su mamá a la guardia de la clínica San Lucas. Allí le indicaron que podían ser cólicos menstruales.

Los dolores continuaron y se intensificaron al otro día por la tarde y por ello a la noche se dirigieron al Policlínico Neuquén. “Una doctora que la atendió dijo que estaba inflamada (hace 3 días que no iba de cuerpo), le hicieron una radiografía y le inyectaron un diclofenac por vía intravenosa” relata Tatiana. Lo que se veía en las imágenes era materia fecal, por ello le indicaron que se realice un enema y tomar laxante. Cerca de las 4 de la mañana van a la casa de la abuela y ahí se queda la niña ya que la madre se iba a trabajar.

Ya el miércoles, todo empeoró. Alrededor de las 17, la mamá ve que su hija no aguantaba más del dolor y luego de bañarse nota que ya tenía piel amarilla y los labios morados, por lo que urgentemente la lleva al centro pediátrico La Natividad. A pesar de la desesperación y la gravedad del asunto, tuvieron que esperar dos horas para que la atiendan. Es ese momento en el que Valentina entra en un estado de shock, “no podía caminar, se mareaba, se quejaba, empezó con vómitos y tenía las pupilas dilatadas” cuenta la madre.

Ya a esta altura, los médicos deciden internarla en el Policlínico Neuquén y empezar a realizarle una serie de estudios. Entre ellos, le hacen una ecografía, exámenes de orina y sangre, tomografía para descartar algo neurológico. Para este último tuvieron que dormirla e intubarla porque no respiraba por sus propios medios en esas condiciones.

Luego de todo esto, Valentina entró en un shock séptico (una afección grave que se produce cuando una infección en todo el cuerpo lleva a que se presente presión arterial baja peligrosa), la situación ya era “hipercrítica”. Inmediatamente buscaron estabilizarla y la ingresaron al quirófano. Allí la operaron a las 2:20 de la madrugada, abren el abdomen y la limpian. La intervención duró largas horas.

Luego de todo esto, la dejan en terapia intensiva. La nena permaneció 13 horas ahí con fiebre que nunca pudieron bajarle. A las 17 (ya del jueves) entró en paro y falleció (según la autopsia 17:50).

 

 

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