Ya está comenzando el último mes del año, que también resulta ser uno de los más ocupados. Las distracciones se multiplican con los preparativos para las fiestas, coordinación de vacaciones y fin del año escolar. Todo esto puede reducir el nivel de descanso que tenemos.

Una baja concentración, olvidos y falta de ganas son algunas de las señales que nos da el cuerpo cuando es momento de recargarnos y recuperar nuestro vigor. La doctora Saundra Dalton-Smith explica los siete tipos de descanso que existen y cómo ponerlos en práctica para equilibrar la energía y ser más productivos.

1- Descanso físico:

El estiramiento al despertar o antes de acostarse puede contribuir a sentirse menos cansado físicamente. También ayuda incorporar pequeños movimientos cada hora. Por ejemplo, relajar el cuello, sacudir y aflojar las manos, levantarse y balancearse sobre los talones.

2- Descanso mental:

Una técnica simple para evitar distraerse es Para evitar la fatiga mental y las distracciones, la doctora recomienda cortar las señales externas la mayor parte del tiempo y dividir los períodos de desconexión. Un ejemplo de esto sería tratar de trabajar durante 25 minutos, descansar cinco y repetir.

3- Descanso emocional:

Aquí recomienda dejar de compararse con los demás, ya que no suele llevar a nada bueno. Otro consejo es escribir sobre cómo se siente uno, para poder liberar las emociones.

4- Descanso social:

Significa pasar tiempo con personas con las que se puede ser uno mismo y relajarse.

5- Descanso sensorial:

Intentar encontrar un lugar en el que se esté resguardado de cualquier ruido que distraiga. Si esto no es posible, se pueden escuchar playlists de relajación de ondas alfa o beta, compilaciones de piano o música Zen.

6- Descanso creativo:

Dalton-Smith propone “incorporar años sabáticos en la vida”. ¿Qué significa? Tomarse 30 minutos para hacer algo de propia elección, lejos de la rutina diaria.

7- Descanso espiritual:

En esta categoría se incluye realizar algún voluntariado o  meditar. También es fundamental es aprender a decir que no, y a evitar querer satisfacer a todas las personas.