Mensaje del espacio

| 16/11/2021

Buscando vida extraterrestre: la increíble respuesta que llegó desde las estrellas

Buscando vida extraterrestre: la increíble respuesta que llegó desde las estrellas

La gran pregunta que atormenta a la humanidad es si estamos solos en el espacio. Si habrá alguna especie inteligente en algún rincón del universo que nos haga compañía en esta existencia. Históricamente, el arte y el mito han tratado de dar una respuesta que brinde un poco de contención a esa angustia. Más recientemente, la ciencia intenta explorar más allá de los sentidos, utilizando herramientas que amplifican nuestras posibilidades de comunicación humana.

Y han sido múltiples los mensajes que se enviaron al cosmos con la vaga esperanza de recibir una respuesta. Casi como un náufrago que tira una botella al mar con un desesperado pedido de rescate, la humanidad busca que alguna especie inteligente pueda responder a esa convocatoria.

El más famoso de los mensajes fue enviado desde el radiotelescopio de Arecibo, un centro de investigación espacial ubicado en Puerto Rico. Fue enviado por los especialistas del SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), organismo yanki más que famoso por películas como “Contacto”, protagonizada por Jodie Forster y basada en una novela de Carl Sagan). Hoy se cumplen 47 años desde que el 16 de noviembre de 1974 partió la onda codificada hacia la constelación de Hércules, ubicada a 25.000 años luz.

 

 

Esta transmisión es la más potente realizada hasta el momento porque utilizó el transmisor de megavatios del radiotelescopio Arecibo conectado a su antena de 305 metros. La emisión sería detectable por un experimento de SETI en cualquier lugar de la galaxia.

El mensaje fue escrito precisamente por Carl Sagan, astrónomo, cosmólogo y novelista de celebrada fama; junto al científico Frank Drake, uno de los iniciadores e impulsores de la búsqueda de vida extraterrestre. Fue cifrado de modo tal que solo una civilización con cierto grado de desarrollo pueda interpretarlo y responderlo. 

Por ejemplo, consta de 1679 bits; número que no es casual porque es el producto de dos números primos que se puede descomponer en 23 filas y 73 columnas (o 23 columnas y 73 filas). Los bits presentan ocho posibles configuraciones, pero solo una muestra un dibujo no aleatorio con información sobre nuestro planeta y la humanidad. Desde el planeta que habitamos a la composición de la vida; de la población y sus logros tecnológicos. 

 

 

El mensaje representa los números del uno al diez, los números atómicos del hidrógeno, carbono, nitrógeno, oxígeno y fósforo (componentes del ADN de nuestra especie); las fórmulas de los azúcares y bases en los nucleótidos del ADN; el número de nucleótidos en el ADN y su estructura helicoidal doble; la figura de un ser humano y su altura; la población de la Tierra; el sistema solar; y una imagen del radiotelescopio de Arecibo con su diámetro.

 

La respuesta imposible

 

El mensaje deberá atravesar 25.000 años viajando a la velocidad de la luz para llegar a destino. E hipotéticamente, debería tardar otro tanto en regresar la respuesta. Que vaya a saber quién podrá recibir en ese momento.

Pero lo concreto es que el 21 de agosto de 2001 en un campo de trigo cercano al radiotelescopio de Chilbolton (Inglaterra), apareció una impresión que llamó la atención. En principio, porque compartía el código diseñado por Sagan y Drake. Rápidamente apareció la polémica: para algunos, era la respuesta tan esperada. Para otros, una sofisticada broma elaborada por los científicos ingleses del centro de investigación.

Los dibujos eran un rectángulo y un cuadrado con información en código binario, similar al enviado desde Arecibo con algunas diferencias. Por ejemplo, la imagen del ser humano fue reemplazada por un ser de cabeza gigantesca (similar a los extraterrestres de la ficción). Cambia la ubicación del planeta: la Tierra es el tercer planeta desde el sol; y en este mensaje se destacan el tercero, cuarto y quinto planeta con sus lunas y un solo más pequeño.

 

 

Otra diferencia es la indicación de los átomos que componen la vida. En la Tierra, son el carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. En el mensaje de Chilbolton, se les agrega el silicio.

¿Respuesta auténtica o broma codificada entre investigadores? Al modo de Halloween, el mensaje de 2001 también dividió a la comunidad no científica. Los impulsores de los “astronautas ancestrales” han realizado toda una historia de la conspiración del silencio a su alrededor. Para la ciencia oficial, no había demasiado que hablar.

El mensaje a las estrellas ya recorrió unos increíbles e inimaginables 445 billones de kilómetros, todavía está increíblemente lejos de su objetivo. Allá, en la alejada constelación de Hércules, 400.000 soles con sus posibles planetas, seguirán esperando su llegada al menos durante otros 24.953 años. Habrá que tener paciencia. En principio, el radiotelescopio de Arecibo, la gigantesca instalación desde la que se envió el mensaje, colapsó el año pasado por falta de mantenimiento.

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