Recurso limitado

| 04/11/2021

A tener cuidado: La emergencia del agua no terminó

A tener cuidado: La emergencia del agua no terminó

 

Alcanza; no sobra. Así de claro. Así de sencillo: el agua que tenemos en los ríos de la región es suficiente para todos los usos, siempre que seamos cuidadosos y no la derrochemos. Y en ese sentido, la emergencia hídrica no terminó. Todo lo contrario. La disponibilidad se sostiene porque hay un manejo estricto del sistema de las grandes presas hidroeléctricas. Que sigue cuidando un recurso escaso.

Para tener en cuenta: los embalses ubicados sobre los ríos Limay y Neuquén representan la gran reserva para todas las ciudades ubicadas a la vera de esos cursos de agua. Son como los tanques comunes de un edificio o un plan de viviendas tipo monoblocks. Están al servicio de todos, pero el derroche impacta también en cada uno de los usuarios. En este caso, la gran mayoría de las poblaciones de Río Negro y Neuquén.

Y para entenderlo mejor: los lagos de las represas ubicados sobre el Limay (Alicura, Piedra del Aguila, El Chocón), hoy tienen apenas el 40 % del agua que podrían contener en esta época.  El Chocón, el más grande de todo el complejo, está por debajo de los mínimos normales y durante el último mes perdió 40 centímetros de altura. Y si bien sigue produciendo energía, lo hace a un ritmo mucho menor que a principios de octubre.

Un poco mejor es el cálculo sobre el río Neuquén, lo que alivia un poco las expectativas: tiene sus reservas en el 70 %. Mucho mejor que lo que se pensaba en agosto, cuando se proyectaba que la toma de agua de Neuquén capital iba a quedar por sobre el nivel del lago Mari Menuco. En ese momento, el DPA resolvió modificar las tomas de agua para Cipolletti y realizar obras similares en Fernández Oro y Allen. 

Aguas abajo del complejo Cerros Colorados, el Neuquén está liberando unos 115 m3/segundo, apenas suficientes para atender las demandas: 70 m3 para el riego central de todo el valle; 10 m3 para los sistemas de Centenario y Campo Grande; 10 m3 para uso humano más las actuales necesidades de la industria petrolera.

Los especialistas de la región coinciden en que las nevadas de agosto y septiembre permitieron una mayor reserva de agua, mejoraron las perspectivas para todas las ciudades que están a orillas de los ríos, pero sigue siendo un año seco. El décimo tercero de la serie. Un período demasiado extenso.

 

 

A no engañarse

 

Los más observadores podrán objetar que el río Negro, con sus 415 m3/segundo, lleva un caudal bastante similar al de años anteriores. Y llamarse a engaño asimilando que todo sigue igual. Parecido, en todo caso. Y como dice el refrán: parecido no es lo mismo. Porque la gran diferencia estaría en la reserva acumulada. En el gran tanque de agua que se “guardó” a varios kilómetros de distancia.

Lo real, es que en esta época del año las represas “guardan” el agua y mantienen caudales bajos. Lo que no va a pasar es que se produzca un cambio brusco en el río (como podía pasar en años más normales), porque la emergencia hídrica impide generar más allá de un determinado nivel. 

Y como también decían los abuelos: lo que no se guarda hoy, falta para mañana. De allí la conveniencia de ser concientes de que el agua debe ser utilizada con criterio. No abusar del riego; utilizar baldes para lavar autos y veredas en vez de mangueras; reparar canillas y cañerías que gotean; preferir duchas a baños de inmersión; si vas a utilizar una pileta hogareña, incluir prácticas de preservación del agua (uso de alguicidas, lavandina, filtros), para no tener que recambiarla asiduamente.

Las industrias y comercios también pueden mejorar el rendimiento del agua, recurriendo a técnicas sencillas de reutilización. Además de beneficiar al bolsillo propio, con una menor factura de ARSA, trabajaremos en bien del conjunto.

 

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