Ex instructor sobre el caso Mandagaray: "Fue una muerte anunciada"

Guillermo Leblic, experto en la materia, dijo que hay "responsabilidad política y policial" porque pusieron para dictar los entrenamientos a "gente que no estaba capacitada".

Guillermo Leblic, ex instructor del centro de Instrucción BORA de la Policía rionegrina, habló con el portal Último Momento Noticias sobre el fallecimiento del oficial Gabriel Mandagaray y consideró que fue “una muerte anunciada”.

El joven efectivo del grupo COER (como se denominan ahora las fuerzas especiales provinciales) murió mientras realizaba un curso en Bahía Creek, en la costa atlántica.

Leblic dijo que "quienes llevaron adelante este curso no estaban en condiciones, ya que ellos no lo hicieron antes. Alguien para enseñar algo, primero tiene que aprenderlo”, a la vez que manifestó que hay una "responsabilidad política y policial".

Denunció que “lamentablemente el peor Jefe de la Policía que tuvo Río Negro, Daniel Jara, decidió en el año 2019 dejar a la unidad COER sin jefe, trasladar a los instructores y prácticamente disolver el Centro de Instrucción, a tal punto que hoy no hay jefes ni oficiales”.

Dijo estar seguro que “si este curso se hubiese dictado en Allen, esto no hubiese pasado porque en esa ciudad estaban los instructores”. Incluso, venían agentes de otras provincias para capacitarse.

Consideró que en la muerte del chico de 25 años fue por poner a "gente que no estaba capacitada" y sostuvo que “Mandagaray falleció por la ambición de querer centralizar todo en Viedma, seguramente con fines políticos”.

“El Jefe de la Policía, Osvaldo Tellería, sabe de lo que estoy hablando. Él hizo el curso BORA en el 2005”, expresó.

En otro tramo de la entrevista advirtió, respecto de las investigaciones del caso, que “van a tratar de mantener el hermetismo y que el hilo se corte por lo más fino, y que paguen los instructores”.

Además, aseguró que “no era cierto que estaban buceando. Por lo que me informaron, del primer grupo que tiran agua, dos (jóvenes) no sabían nadar. Es una inconsciencia total. Durante 20 años hicimos superviviencia en el río Colorado y jamás tuvimos un incidente, porque se priorizó la integridad física”.

 Y apuntó que los instructores no estaban capacitados pero “la responsabilidad no puede quedar en ellos, sino que sus jefes deben fundamentar porque se los convocó a ellos”.