06/03/2021

Cambio en las reglas del fútbol: la mano no intencional a criterio del árbitro

Cambio en las reglas del fútbol: la mano no intencional a criterio del árbitro

Una mano involuntaria que derive en un gol de un compañero ya no será sancionada, decidió este viernes International Football Association Board (IFAB), órgano que impone las reglas del fútbol. Pidió a los árbitros usar su criterio para interpretar cada acción.

El International Board ahora validará goles luego de que un compañero toque casualmente la pelota con un brazo y subraya que “no todo contacto de una mano o un brazo con el balón constituye una falta”

La nueva precisión debe ser añadida a la regla 12 del fútbol, modificada en 2019 y centro de innumerables polémicas debido a penales sancionados por manos no intencionadas. La modificación regirá a partir del 1 de julio de este año.

Tan conflictiva era esa norma que UEFA había reclamado a FIFA en noviembre modificar su regla de mano en el área propia, lamentando “numerosas decisiones injustas que provocaron una frustración y una incomodidad creciente en la comunidad del fútbol”.

En su asamblea general anual, por videoconferencia, IFAB modificó su texto de manera marginal, sólo para el caso de que una mano accidental “conduzca a un gol anotado por un compañero o una ocasión de gol”. Esa situación se dio, por ejemplo, este jueves por la noche en la Premier League, cuando a Fulham se le anuló un gol contra Tottenham. Un jugador de este último despejó el balón hacia una mano de Mario Lemina antes de que Josh Maja marcara.

IFAB además aclaró sus directivas sobre las faltas por mano. “No todo contacto de una mano o un brazo de un jugador con el balón constituye una falta”, enfatiza en un comunicado, en el que además hace una crítica a los árbitros: “La interpretación de los incidentes ligados a las manos no es siempre coherente, debido a una aplicación incorrecta de la regla”. En ese sentido, exhorta a los referís a “utilizar su juicio” en ese tipo de acciones, para no pitar sistemáticamente. Los jueces deben discernir si un futbolista “ha aumentado la superficie de su cuerpo” de una manera “no justificada por el movimiento del cuerpo en una situación específica”, establece, aludiendo a las maniobras naturales de un jugador para equilibrarse, sostenerse, darse impulso, desplazarse y patear o cabecear.

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