La noche que la muerte se paseó por Roca

Dos almas penan en una sala tenebrosa y oscura. Se atormentan y sus cuerpos crujen contra el piso de madera. Una copa de tequila y un trozo de chocolate, armonizan un recorrido que sorprende a cada paso en la Casa de los Espíritus que abrió sus puertas anoche en Casa de la Cultura, con la participación de unos 40 artistas.

Un desopilante diálogo que lleva a una frustrada payasa a conectarse con el espíritu de su abuela. Las manos entrelazadas de los espectadores alrededor de velas con imágenes en el suelo le ponen un sonrisa nerviosa a cada palabra.

A pocos pasos, un hombre de negro -con su solitaria guitarra y rodeado de velas- entona una canción que evoca el sentir de la muerte; ese momento (in)esperado, a los cuales la mayoría teme enfrentarse. Más allá, la música, los tambores, la danza y las imágenes de la muerte proyectadas en una pantalla, en un lugar tan simbólico de Roca, como son las Tres Cruces, le ponen otro ingrediente a la puesta en escena.

Otra “estación” de este fabuloso recorido nos recuerda nuestros muertos, lo que no tienen Justicia. Acaso uno de los momentos más emotivos del espectáculo de más de una hora, donde el poeta Santiago Iturbe, nos lleva a encontrarnos con esas almas que, a pesar del tiempo, siguen estando presentes y reclamando Justicia: Sergio Sorbellini y su novia Raquel Lagunas,  Otoño Uriarte, los crímenes de Cipolletti, Daniel Solano, Lucas Muñoz, entre tantos otros.

(Foto Gentileza Nancy Fernández)

Risa y recorrido

Asistir a una sesión de terapia del “señor muerte” con una parapsicóloga, y sus desopilantes revelaciones también llevaron a los espectadores a transformar la tensión en sonrisa y comenzar a vivir el espectáculo un poco más sueltos.

El recorrido lleva a lugares incómodos. Una ermita se esconde entre ladrillos y un espacio  -desconocido para muchos en Casa de la Cultura- emerge con una extraña magia. Velas, oscuridad, y las palabras tiernas de una joven que relata la vida desde elmás allá.

Envueltos por la música, las velas, la danza, el humor, la poesía y la propia muerte, más de 120 personas recorrieron anoche esta Casa de los Espíritus en un verdadero éxito que agotó entradas varios días antes del espectáculo.

Hablar de la muerte y llevarla a un espacio tan amplio y diverso, no es común para nuestra zona. Y sobre todo hacer de ello un atracitvo para los amantes del arte, fue seguramente un impresionante desafío que tuvo el reconocimiento del público.

Laa “Fiesta de la Casa de los Espíritus” en la que tocaron la banda de cumbia colombiana La Walichera, liderada por la Negra Sarabia (ex Delio Valdez) y la telonera La Berraquera, terminaronde redondear un espectáculo pleno de sensaciones.

Aseguran que antes de fin de año habrá una nueva presentación para los que no lograron ver y escuchar a la muerte. (ANR)