Durante el mes de agosto comenzarán a vencer las concesiones de las represas hidroeléctricas ubicadas sobre los ríos Limay y Neuquén. Un sistema vital para la generación de energía, pero también como reserva de agua para toda la región y, eventualmente, como control de crecidas. Y en medio de la tensión entre las provincias y la Nación sobre el futuro de las generadoras, queda abierto un gran interrogante: ¿quién se encargará de controlar los cursos de agua?

Ese es el gran rol que la ley le asignó a la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas. Debe velar por la seguridad de las poblaciones y garantizar la disponibilidad y la calidad del agua. ¿Si se terminan las concesiones se termina el rol de la AIC? Allí están representadas las tres provincias ribereñas (Río Negro, Neuquén, Buenos Aires), y el Estado Nacional. Desde allí se dispuso la “emergencia hídrica” el año pasado y un manejo sumamente restrictivo del agua, debido a la extensión de la sequía.

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Luego de varios años con lluvias y nevadas mínimas, los embalses estaban en los mínimos históricos y las provincias presionaron para que el recurso agua fuese reservado para el consumo humano y el riego. ¿Puede desaparecer este organismo?

Para Daniel Figueroa, presidente de la AIC (y representante de Nación), la Autoridad de Cuencas va a seguir siendo la autoridad de aplicación porque así lo establece la legislación. “La AIC no puede cambiar porque la ley es clarita. Su rol es justamente controlar las naturalidades de uso del agua, que es un bien tan preciable y tan escaso en el mundo”.

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“La AIC tiene que seguir así, con todos los recursos técnicos y humanos para que se cumplan con estas prioridades que tiene, el consumo humano, la producción, la industria y finalmente la generación eléctrica”, remarcó.

También apuntó que el tema ambiental “es un tema muy importante, ya sea lo que esté relacionado a la calidad de agua e incluso a la producción”.  Por otra parte, tuvo palabras de elogio por el funcionamiento del Organismo de Seguridad de Presas y para su par en el directorio de AIC, Elías Sapag, que “ha cumplido con una eficacia y eficiencia que ha permitido que hoy se puede decir que las represas están en perfecto estado. Con el desgaste propio del uso de tantos años, algunas cosas habrá que hacer, pero en perfectas condiciones de seguridad y técnica”.